¿Qué es el TEA?

El Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) es una condición del neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y el comportamiento. Se manifiesta de forma variable en cada persona, lo que hace que el apoyo y las intervenciones deban ser individualizadas.


Síntomas y señales de alerta

Los signos pueden aparecer en la infancia temprana, aunque a veces se detectan más tarde. Algunos síntomas comunes incluyen:

  • Dificultades en la interacción social (escaso contacto visual, falta de respuesta a su nombre, dificultades en la reciprocidad emocional).
  • Alteraciones en la comunicación (retraso o ausencia del lenguaje verbal, ecolalia, dificultades en la conversación).
  • Patrones de comportamiento repetitivos o restringidos (alinear objetos, apego intenso a rutinas, hipersensibilidad a estímulos sensoriales).

Diagnóstico

El diagnóstico es clínico y se basa en la observación del comportamiento del niño y en entrevistas con la familia. Se utilizan herramientas estandarizadas como el ADOS-2 y el ADI-R. El diagnóstico temprano permite iniciar intervenciones que mejoren la calidad de vida.


Causas y factores de riesgo

Las causas exactas del TEA no se conocen por completo, pero se sabe que existen factores genéticos y ambientales que pueden influir. No está relacionado con el estilo de crianza ni con las vacunas.


Tratamientos y apoyos disponibles

No existe una cura para el TEA, pero las intervenciones adecuadas mejoran significativamente el desarrollo y la autonomía:

  • Terapia conductual y educativa (ABA, TEACCH, modelos basados en la comunicación como PECS).
  • Logopedia y terapia ocupacional para mejorar la comunicación y las habilidades sensoriales.
  • Apoyos en el ámbito escolar con adaptaciones y profesionales especializados.
  • Intervención médica si hay síntomas asociados (como epilepsia, ansiedad o TDAH).

Consejos para familias y cuidadores

  • Respetar los tiempos y necesidades del niño, evitando forzar interacciones.
  • Utilizar apoyos visuales y anticipar rutinas.
  • Fomentar la comunicación con herramientas adaptadas a su nivel.
  • Crear un entorno estructurado y predecible.

Estrategias de prevención y promoción del bienestar

Aunque el TEA no se puede prevenir, la detección temprana y las intervenciones adecuadas pueden optimizar el desarrollo y la calidad de vida. Es fundamental:

  • Capacitar a familias y docentes en la identificación de señales tempranas.
  • Facilitar el acceso a intervenciones tempranas.
  • Sensibilizar sobre la inclusión y el respeto a la diversidad.

Recursos y apoyo en Castilla y León

  • Pediatras y Atención Primaria, primer punto de referencia ante sospechas.
  • Unidades de Salud Mental Infanto-Juvenil (USMIJ), encargadas del diagnóstico y seguimiento.
  • Centros de Educación Especial y Aulas TEA, con apoyos específicos en el ámbito escolar.
  • Asociaciones de familiares y personas con TEA, como Autismo Castilla y León, que ofrecen orientación y apoyo.