• Los datos correspondientes a la semana epidemiológica 2/2008 y recogidos por la Red de médicos centinelas de Castilla y León indican una tasa de incidencia de 261 casos por cada 100.000 personas en Castilla y León

  • La atención sanitaria de la gripe, en su evolución habitual, puede perfectamente hacerse por los servicios médicos de los equipos de Atención Primaria de los centros de salud


La incidencia de la gripe en Castilla y León, durante la semana epidemiológica 2/2008 (entre el 6 y el 12 de enero), presenta una actividad moderada, con una tasa de casos declarados por cada 100.000 habitantes que se cifra en 261,61, según los datos recogidos por el Centro nacional de la gripe de Valladolid a través de la Red de médicos centinelas de Castilla y León y del Programa de vigilancia de la gripe de la Junta.

Estas tasas se sitúan actualmente por debajo de máximos alcanzados en temporadas anteriores, como en las correspondientes a 2004/05 y 2006/07 (con 600 y 450 casos por cada 100.000 personas, respectivamente) y sólo a lo largo de cuatro semanas en esta temporada se ha superado el límite del umbral epidemiológico, por lo que resulta complejo aventurar cuál será la incidencia de la gripe en el brote actual.

Los casos diagnosticados de gripe hasta el momento pertenecen al tipo A y, en menor medida, al B, habiéndose caracterizado todos los virus correspondientes al tipo A como pertenecientes al subtipo H1N1.

Este subtipo ocasiona brotes epidémicos cada cinco o seis años, con un mayor protagonismo en la población adolescente y joven debido, probablemente, a un efecto acumulativo de población susceptible de contagio entre estos grupos, ya que no han tenido ocasión de poner en contacto anteriormente con el virus.

Las cepas H1N1 identificadas son similares al virus gripal "A/SolomonIsland/3/2006" que forma parte de la composición de la vacuna utilizada para esta temporada 2007-08, por lo que se podría anticipar que la epidemia, de seguir su curso actual, no superará una incidencia superior al 5% de la población, porcentaje inferior al observado en décadas anteriores.

Hay que tener asimismo en cuenta que desde hace un mes y medio (mediados de noviembre) circula entre la población, como es habitual, otros virus respiratorios que pueden producir cuadros clínicos de infecciones respiratorias agudas: virus respiratorios sincitial, virus parainfluenza y algunos adenovirus, aislados en pacientes de procedencia hospitalaria.

Hasta el momento, el grupo de edad más afectado ha sido el comprendido entre los quince y los 24 años, seguido por el de cinco a catorce años, mientras que en las personas mayores de 65 años las tasas son inferiores, lo que confirma la eficacia de la vacunación a estos grupos de edad.

La situación epidemiológica de la gripe en la Comunidad autónoma de Castilla y León puede ser seguida semanalmente por cualquier usuario a través del portal sanitario de la Junta en Internet, www.sanidad.jcyl.esEste enlace se abrirá en una ventana nueva, en el que aparecen los datos de vigilancia proporcionados por la Red de médicos centinelas de Castilla y León.


CONSEJOS PREVENTIVOS


La gripe es una enfermedad respiratoria aguda producida por el virus gripal del que existen varios tipos, siendo los tipos denominados A y B los implicados en brotes de gripe humana, ya que una de las características más importantes de esta enfermedad es su elevada capacidad de transmisión de una persona a otra.

La gripe se presenta generalmente en los meses de invierno (de noviembre a marzo) y en forma de epidémica con picos de mayor frecuencia por lo general en el mes de enero.

Los virus gripales tienen una gran capacidad para sufrir variaciones lo que implica que cada temporada aparezcan nuevos virus gripales para los que el ser humano no tiene protección, motivo por el que la vacuna antigripal, único medio para prevenir el contagio, debe actualizarse cada año por lo que se recomienda la vacunación anual.

La difusión de la gripe estacional epidémica puede seguir distintos patrones, siendo el habitual en España un patrón norte-sur; de tal manera que las Comunidades autónomas del norte de España tienen incidencias más altas que las del centro o del sur, en las que la gripe se presenta mas tarde.

Las recomendaciones sanitarias en periodos epidémicos de gripe se centran en:

    • Protegerse al toser y/o estornudar, cubriéndose la boca y la nariz con un pañuelo o con la parte superior del brazo, no con las manos.

    • Lavarse las manos después de toser o estornudar. Las manos constituyen un importante mecanismo de transmisión.

    • No acudir a lugares cerrados (trabajo, colegio, guardería o lugares públicos) para evitar contagiar a otras personas.


La mayor parte de las personas que contraen la gripe se recuperan en menos de una semana sin necesidad de tratamiento con antibióticos o cuidados hospitalarios.


Sin embargo, en ocasiones, la gripe puede complicarse y producir bronquitis o neumonía bacteriana, como complicaciones más frecuentes, complicaciones que pueden ser especialmente graves en personas de alto riesgo como los ancianos o personas que tienen una enfermedad crónica como diabetes, afecciones cardíacas y enfermedades respiratorias.

La atención sanitaria de la gripe, en su evolución habitual, puede perfectamente hacerse por los servicios médicos de los equipos de Atención Primaria (médicos y pediatras) de los centros de salud.

Una vez evaluada la situación clínica del paciente, los profesionales sanitarios podrán indicar la necesidad o no de que el paciente, por su patología de base, deba ser atendido por otros niveles asistenciales más complejos.

Es necesario que la población comprenda la importancia que tiene la utilización adecuada de los dispositivos asistenciales, como los servicios de Urgencias, entre otros, con el fin de evitar saturaciones que pudieran retrasar la atención de otros ciudadanos con patologías más graves.