Actividad física es todo movimiento corporal producido por el aparato locomotor que conlleva un gasto energético por encima del nivel de reposo.

El ejercicio físico es un tipo concreto de actividad física que corresponde a un movimiento corporal planificado, estructurado y repetitivo, y realizado con un objetivo relacionado con la mejora o el mantenimiento de uno o más componentes de la aptitud o condición física, entendida como la medida de la capacidad del cuerpo de funcionar de forma eficiente y eficaz en las actividades cotidianas, laborales o recreativas. Entre esos componentes, están la capacidad cardiorrespiratoria, la fuerza muscular o la flexibilidad.


Hablamos de deporte cuando esta actividad física, además, es realizada con arreglo a unas reglas, practicada por placer o con ánimo competitivo, por equipos o personas, en ocasiones con sujeción a un marco institucional (por ejemplo, un organismo deportivo).

¿Por qué no hacemos más ejercicio físico?

Introducir el ejercicio físico de una forma regular en nuestra vida cotidiana no siempre nos resulta fácil. Esto es debido a múltiples factores como son: la premura con que vivimos, la utilización de coche o moto, pasar excesivo tiempo sentados viendo televisión o con los videojuegos... Las comodidades con las que vivimos hacen que veamos el ejercicio físico como algo muy exigente y nos disculpemos en bastantes ocasiones con la falta de tiempo.

En vosotros, los jóvenes, a todas estas circunstancias, se puede añadir el acabar la etapa de estudios donde te organizaban el ejercicio y pasar a depender más de ti mismo, lo que puede influir en el abandono de la actividad. También pueden contribuir otros cambios característicos de esta etapa como son empezar a trabajar, cambios de domicilio, independizarte, nuevas responsabilidades, etc.

Para evitar que esto ocurra, has de pensar cuál sería la forma más fácil de introducir actividades físicas en tu vida cotidiana sin que supongan grandes esfuerzos. Concreta estos cambios y elabora un plan para llevarlo a cabo.


La práctica de la actividad física de forma regular, además de hacernos disfrutar, nos reporta una serie de beneficios para nuestra salud que se manifiestan a nivel fisiológico, psicológico y social:


Nivel fisiológico:

  • Te ayuda a controlar tu peso. Junto con una apropiada alimentación, previene la obesidad.
  • Fortalece los huesos, aumentando la densidad ósea.
  • Mejora la fuerza muscular y la capacidad para hacer esfuerzos sin fatiga.
  • Reduce el riesgo de enfermedades en la edad adulta tales como diabetes, problemas de espalda, cáncer de colon, tensión arterial alta, etc.
  • Contribuye a prevenir el consumo de tabaco, de alcohol y de otras drogas y tóxicos.

Nivel psicológico:

  • Proporciona bienestar psicológico. Incrementa tu autoestima y energía vital, mejorando el humor y la calidad y duración del sueño.
  • Te ayuda a disminuir el estrés y combatir la ansiedad.
  • Mejora tu rendimiento intelectual.

Nivel social:

  • Fomenta la sociabilidad.
  • Es un buen motivo para reunirte con tus amigos.
  • Aumenta la autonomía y la integración social.

"La actividad física es una manera de invertir en salud".

Consulta el Decálogo para la realización del deporte en salud en esta página.