La intensidad del dolor no es lo más importante para detectar que se está produciendo un infarto. Lo fundamental es el conjunto de los síntomas que se produce.


El concepto erróneo de que un infarto cursa siempre con un intenso dolor torácico puede conducir a que se produzcan muertes que se habrían podido evitar. De hecho hay estudios en los que se refleja que un tercio de las personas que sufrieron un infarto, ni siquiera llamaron a una ambulancia. Por ello es preferible, que ante una sospecha de un infarto, llame rápidamente al servicio de emergencias 112. Ellos decidirán la intervención más rápida y adecuada.