Urografía intravenosa
¿Qué es una urografía intravenosa?
La urografía intravenosa es una prueba diagnóstica con contraste en la que se hacen varias radiografías para obtener imágenes del aparato urinario: los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra.
Es necesario administrar un contraste a través de una vena. Este contraste se elimina después por la orina. Esta sustancia permite distinguir en la radiografía las partes del aparato urinario.
Con esta prueba se pueden diagnosticar obstrucciones de las vías urinarias, malformaciones u otras alteraciones del funcionamiento de los riñones.
¿Necesita preparación previa?
Es un procedimiento ambulatorio que no requiere ingreso hospitalario.
Para realizar la prueba se necesita la limpieza previa del intestino para que la zona pueda verse con claridad. Es importante que siga las instrucciones que le den para que la exploración se realice correctamente.
En general, desde dos o tres días antes de la prueba debe comer alimentos que no dejen residuos como carnes o pescados cocidos o a la plancha y sin grasa, arroz, pasta, caldos, zumos colados, pan tostado o yogures. No puede tomar verduras ni cocidas ni en ensalada, frutas, leche y derivados, grasas, embutidos, pasteles o bebidas con gas.
El día anterior hará una cena ligera y desde las 6 horas previas a la exploración, deberá estar en ayunas.
Puede tomar la medicación, si la tuviera, con una pequeña cantidad de agua.
Es probable que le soliciten que la noche anterior a la prueba o el mismo día de la prueba tome un laxante o se ponga un enema para limpiar el intestino.
Procure llevar ropa cómoda y suelta.
La prueba se realiza sin objetos metálicos como pendientes, anillos, collares, piercing. Deberá quitarse aquellos que estén en la zona del cuerpo que se va a exponer. Deje todo lo que pueda en casa.
Antes de someterse a la prueba deberá firmar el consentimiento informado, mediante el cual se acepta la realización de la prueba, con el conocimiento de sus posibles riesgos.
¿Cómo se realiza?
Para la exploración, se quitará la ropa y se pondrá una bata antes de acostarse en la camilla.
Le harán una radiografía abdominal previa para comprobar que el intestino está bien limpio.
Es necesario introducir el contraste por vía intravenosa. Para ello, es preciso pinchar una vena.
Después se van realizando las radiografías. Puede ser necesario cambiar de postura según va transcurriendo el tiempo, lo que permite tomar las imágenes en diferentes posiciones a medida que el contraste va pasando por las vías urinarias hasta llegar a la vejiga.
Pueden solicitarle que vaya a orinar para hacer después una radiografía con la vejiga vacía.
La exploración dura aproximadamente 1 hora.
¿Qué se siente?
Es una prueba indolora, salvo la molestia del pinchazo para la inyección del contraste.
El contraste puede producir una reacción de calor o sensación de picazón, sabor metálico, pero estas molestias desaparecen en unos minutos.
Si nota sensación de falta de aire o náuseas, comuníquelo rápidamente a los profesionales.
¿Tiene riesgos?
Todas las pruebas que emiten radiación, por pequeña que esta sea, han de estar justificadas e indicadas por un médico. Es quien valora la oportunidad de hacerla siempre que el beneficio sea mayor que el riesgo.
Si es mujer, advierta al personal de la posibilidad de estar embarazada. Esta prueba está contraindicada tanto en el embarazo como durante la lactancia.
El contraste que se utiliza, en este caso de tipo yodado, puede producir una reacción alérgica, la mayoría de los casos muy leves (dolor de cabeza, náuseas o erupción cutánea) y son excepcionales las reacciones graves.
Es importante que comunique si se ha realizado en ocasiones anteriores estudios con contraste, sobre todo, si ha habido alguna reacción al mismo. Comunique también si tiene alergias conocidas a medicamentos u otras sustancias.
Es conveniente ingerir abundantes líquidos, como agua o infusiones, para eliminar el contraste que haya podido quedar.
Es una prueba segura y las complicaciones son muy poco frecuentes.