¿Qué podemos hacer para educar en el uso responsable de las TIC y los videojuegos?
Antes de dar respuesta a esas preguntas vamos a situarnos en qué entendemos por TIC y pantallas.
Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y los videojuegos han revolucionado la sociedad en la que vivimos, han cambiado nuestra manera de relacionarnos en el trabajo, con las amistades, con la familia y con el resto de los acontecimientos que suceden en el mundo, además, han afectado directamente la manera en cómo nos relacionamos con nuestro entorno, cuestión que va a ser un elemento clave para entender la relación de las TIC y sus aplicaciones (Facebook, TikTok, WhatsApp) con la socialización de nuestros hijos e hijas.
Antes de dar respuesta a esas preguntas vamos a situarnos en qué entendemos por TIC y pantallas. Por una parte, nos referimos a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y, por otra, hablaremos de pantallas para referimos a los diferentes dispositivos por los que podemos acceder a Internet y también para el uso de videojuegos.
Para reducir los riesgos que pueden tener las "pantallas", es necesario desarrollar competencias digitales para manejarse de manera segura con las TIC. Para esta tarea será fundamental el papel de los adultos de referencia (madre, padre, tutores, hermanos/as mayores) para educar, desde la más temprana edad, a hacer un uso responsable de las pantallas (móvil, ordenador, Tablet, etc.) y que preadolescentes, adolescentes y jóvenes las incorporen de una forma positiva y enriquecedora. Por otro lado, se trata de reducir los riesgos de un mal uso que pueda conducir a situaciones de pérdida de control (uso problemático, o dependencia, como en los videojuegos), con graves consecuencias como el ciberacoso psicológico o sexual, la difusión de contenido íntimo y personal, la pérdida de intimidad o el acceso a contenidos inapropiados.
La comunicación entre los miembros de la familia, el establecer normas sensatas con sus hijos e hijas, además de actuar como modelos adecuados en su uso, constituyen factores que reducen los riesgos de un mal uso de las TIC, de los videojuegos, y problemas derivados en la infancia y la adolescencia.
Las TIC y los videojuegos deben formar parte de la gestión educativa de las familias.