La importancia de la educación afectivo sexual
En una sola generación ha cambiado mucho la forma de plantear el hecho de que nuestros/as hijos/as puedan tener relaciones sexuales. A lo largo de los últimos años en la sociedad hemos ido pasando de una actitud prohibitiva, donde no se hablaba de sexualidad, a una actitud permisiva, obviando en todo momento la creación de un clima que posibilitara una educación afectivo sexual.
En la actualidad hemos de intentar evolucionar en un proceso que nos conduzca hacia una actitud de aceptación. Solo aceptando la realidad podremos intervenir sobre ella eficazmente.
Contexto actual de las relaciones sexuales en los y las jóvenes:
Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoHoy día, cada vez hay menos obstáculos para mantener relaciones sexuales. La mayoría de los y las jóvenes ya no creen que el sexo sea «pecado». Continuamente están siendo bombardeados desde las redes sociales, Internet, televisión, cine, publicidad, etc. Ven el sexo como algo «permitido».
Cada vez se accede antes a las relaciones sexuales y de forma más directa, es decir, pasa menos tiempo entre los primeros escarceos y la relación coital. El número de parejas con el que se mantienen relaciones sexuales y la frecuencia de las relaciones coitales es mayor. Las chicas están dejando de funcionar como un agente de control de la sexualidad de los chicos y su actitud con respecto al sexo es muy similar.
La información que tiene la juventud procede casi exclusivamente de Internet o de su grupo, en general. Cuando se les pregunta de dónde han obtenido la información que tienen a cerca de la sexualidad, casi la mitad responden que de sus amigos y amigas y/o de redes sociales e Internet. En ciertos casos la fuente de información es el profesorado de sus centros escolares y de la familia. Y en el caso de las chicas las madres tienen un papel importante, posiblemente porque lo relacionan con la información que se transmite en la pubertad sobre la menstruación, la posibilidad de quedarse embarazada, etc.
Esta información no siempre es veraz y adecuada, perpetuándose así los errores.
Cuando hablamos de sexo seguro nos referimos tanto a las relaciones sexuales sin penetración (y se entiende un amplio abanico), como a las relaciones coitales usando correctamente el preservativo.
Aunque las necesidades interpersonales son universales, las propuestas para abordar la sexualidad son diversas, siendo necesario un proyecto educativo en materia de educación afectivo-sexual, donde se aborden todos estos conceptos y que englobe a todos los niveles de la sociedad.
Hay que añadir, que actualmente existen conductas de riesgo. En la primera relación sexual con penetración, muchos y muchas jóvenes utilizan preservativo. En otros casos, usan la marcha atrás o no usan nada. Además, en posteriores relaciones, se sigue manteniendo un alto porcentaje de prácticas de riesgo.
Las y los jóvenes tienen muy poca percepción de riesgo, se sienten invulnerables al peligro. Además, habría que sumarle la presión del grupo de amigos y amigas y de compañeros y compañeras, ya que son mejor valorados/as entre su grupo de iguales, los/as que tienen más experiencia, los/as que tienen novia o novio, etc. Habría que añadir que, en la sociedad actual, las formas de ocio están ligadas al consumo de alcohol y drogas, lo que dificulta la adopción de medidas de sexo seguro. Además, si hay conflictos familiares o baja autoestima, la posibilidad de asumir riesgos es mayor.
Por qué es necesario llevar a cabo una educación afectivo-sexual con los y las jóvenes:
Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoDesde que los niños y las niñas nacen aprenden cosas sobre sexualidad, el mundo adulto transmite mucho al respecto. Transmitimos no sólo con lo que decimos sino también con nuestros silencios, con los modelos que les ofrecemos, con los valores y actitudes que les mostramos, con los afectos que expresamos.
Por ello, debemos tener en consideración los siguientes aspectos:
- Siempre se hace educación sexual aunque no se hable de ello.
- La educación sexual es un derecho de los niños y las niñas y adolescentes.
- Existen riesgos de embarazos y de infecciones de transmisión sexual (ITS).
- Pueden ver mejorada la aceptación de uno mismo o una misma y de los demás.
- Satisfacen de forma más natural y adecuada su curiosidad.
- Mejoran su capacidad de diálogo con sus padres y madres así como con otros chicos y chicas.
- Se hacen más responsables al conocer los riesgos.
El trabajo de la educación afectivo sexual juega especial relevancia en determinados momentos del desarrollo evolutivo de las personas, la adolescencia es uno de esos momentos por varios factores; por un lado, los y las adolescentes ven como su cuerpo sufre una transformación que va a suponer una asimilación de esos cambios a nivel psicológico que muchas veces no son fáciles de aceptar por ellas y ellos. Por otra parte, también en el plano psicológico se va produciendo una autonomía respecto a la familia y una mayor aproximación al grupo de iguales, de ahí la importancia de trabajar las relaciones y los sentimientos que se producen tanto a nivel individual como colectivo.
Uno de los inconvenientes de los que a veces se tilda a la educación afectivo-sexual es la falsa creencia de que hablar a las personas jóvenes de sexualidad es estimularles a tener más experiencias.
ONUSIDA (programa conjunto de las Naciones Unidas para la lucha contra el Sida) publicó un documento llamado Impacto de la educación en materia de salud sexual y VIH sobre el comportamiento sexual de los/as jóvenes en él se analizan diversos programas de educación afectivo-sexual en varios países, llegando a conclusiones muy importantes:
- La educación sobre salud sexual y/o el VIH no alienta un aumento de la actividad sexual.
- Los buenos programas contribuyen a retrasar la primera relación sexual, y protegen a los y las jóvenes sexualmente activos de las ITS, incluido el VIH y los embarazos.
- El comportamiento responsable y seguro se puede aprender.
- Es mejor empezar la educación sobre salud sexual antes del inicio de la actividad sexual.
- La educación tiene que ser sensible a las diferencias de trato por razón del sexo.
El documento concluye con el siguiente análisis: «Dejar de prestar a los/as jóvenes información y servicios apropiados y oportunos por temor a legitimar y alentar la actividad sexual no es una opción viable».
Objetivos que se plantean a la hora de hacer Educación Sexual:
- Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoConseguir que las personas adolescentes adquieran conocimientos correctos adecuados a su edad sobre la sexualidad (desde el punto de vista biológico pero también psicológico y social como es la identidad, rol, conductas, orientación del deseo…).
- Que acepten la sexualidad como una dimensión positiva que afecta a todo nuestro ser: fuente de salud, placer (algo legítimo y saludable), ternura, comunicación, afecto y reproducción.
- Procurar el desarrollo óptimo de la sexualidad de chicos y chicas mediante una información adecuada y la creación de una relación de confianza con padres y madres, los profesionales de la educación y de su centro sanitario.
- Hablar con libertad y naturalidad de los temas relacionados con la sexualidad (los y las adolescentes; padres y madres; profesorado).
- Adoptar roles de género que no impliquen explotación de un sexo por parte de otro.
En síntesis:
Como padres y madres de personas jóvenes y adolescentes, debemos:
- Crear una actitud de aceptación hacia la sexualidad.
- Dejarla de ver como algo «sucio o peligroso».
- Pensar que es una dimensión humana más, que vivirla de una forma sana ayuda al sujeto a realizarse plenamente.
- Asumir la realidad (por parte de padres/madres, sistema educativo y sistema sanitario): los y las jóvenes tienen relaciones sexuales y prácticas de riesgo. Debemos intentar que no se identifiquen las dos cosas. Con una educación y asesoramiento adecuado seguirán existiendo relaciones sexuales, pero podemos minimizar o intentar erradicar las prácticas de riesgo.
- Es necesaria una educación específica en la familia, en la escuela y en los centros sanitarios.
- La información es necesaria pero no suficiente para la adquisición de las habilidades y actitudes para vivir la sexualidad de una manera sana y responsable.
RECURSOS ADICIONALES:
Video de la web «Ventana Abierta a la Familia» de la Junta de Extremadura sobre educación afectivo sexual.
Video elaborado por estudiantes de Educación Social del Centro Universitario Don Bosco sobre la necesidad de una educación afectivo sexual en colegios.
REFERENCIAS:
Hernández Morales, G. & Jaramillo Guijarro, C. (2006). La educación sexual de niñas y niños de 6 a 12 años. Guía para madres, padres y profesorado de Educación Primaria. Secretaría General Técnica, Ministerio de Educación y Ciencia.
ONUSIDA. (1997). Impacto de la educación en materia de salud sexual y VIH sobre el comportamiento sexual de los jóvenes: actualización de un análisis. Organización Mundial de la Salud.