Generalidades sobre las encefalopatías espongiformes transmisibles o enfermedades producidas por priones
La encefalopatía espongiforme bovina (EEB) ha puesto de actualidad un conjunto de enfermedades que afectan a los animales y al hombre. A lo largo del tiempo estas enfermedades han recibido diferentes denominaciones que aludían al presumible agente causal, todavía hoy insuficientemente conocido: enfermedades por virus lentos, por viroides, virinos o virus no convencionales y, más recientemente, enfermedades por priones. La denominación encefalopatías espongiformes transmisibles (EET) se basa en dos de sus principales características: la espongiosis cerebral y la transmisibilidad (Brown et al., 1994) La Tabla 1 incluye la clasificación de las principales EET humanas y animales.
- Kuru |
- Scrapie (inglés), tremblante (francés), prurito lumbar o rascadera (español): ganado ovino y caprino |
Tabla 1. Clasificación de las enfermedades por priones
Encefalopatía espongiforme en animales.
Scrapie
Es una epizootia extendida por todo el mundo excepto Australia y Nueva Zelanda. En algunos países es una enfermedad endémica. En España se ha detectado en algunos rebaños, sobre todo de Aragón y Navarra. Afecta a ovejas y en menor medida a cabras a partir de los dos años de edad. El cuadro clínico es insidioso y se caracteriza por excitabilidad, temblores y ataxia. Es muy típico que los animales tiendan a frotarse contra muros o árboles por el intenso prurito, este signo dio origen a la denominación inglesa de scrapie (to scrape: raspar). La enfermedad es invariablemente mortal y los animales mueren al cabo de 1 a 6 meses de enfermedad.
La patología predominante se halla en el sistema nervioso, aunque en la oveja infectada de forma natural es posible encontrar signos de infección en el tejido linfático e intestinos en el primer año de edad, lo que parece sugerir una puerta de entrada oral (Hoinville, 1996). La transmisión experimental del scrapie fue publicada en 1936 por veterinarios franceses. Sin embargo, persisten todavía numerosas incógnitas sobre su patogenia. Se ha descrito la transmisión horizontal entre animales que conviven en el mismo rebaño, lo que podría estar relacionado con la ingestión de material placentario infeccioso, pero también puede observarse transmisión vertical en animales descendientes de ovejas afectadas.
Por otro lado, se conoce la existencia de un gen (PrP-i) que regula la susceptibilidad de estos animales al prión infeccioso. Es posible que haya también formas genéticas por errores en el citado gen. Es de reseñar que existen más de 20 variedades o tipos de la proteína priónica del scrapie, investigadas mediante estudios de transmisión experimental a diversos animales (ratón y hámster). No hay pruebas de que el scrapie se haya transmitido al hombre.
Encefalopatía Espongiforme Bovina
La EEB apareció con carácter epizoótico en la cabaña de ganado vacuno en el Reino Unido a partir de 1985, y desde los años noventa en otros países de la Unión Europea. En España los primeros casos se detectaron al final del 2000. La enfermedad afecta a las vacas de edades entre los 20 meses y los 18 años (la mayoría entre 2-8 años) y cursa con inquietud, conducta agresiva, incapacidad progresiva para la deambulación, pérdida de peso y muerte en 2 semanas a 6 meses. La anatomía patológica es semejante a la de otras encefalopatías espongiformes transmisibles.
Por los datos epidemiológicos disponibles hasta el momento, se considera que la EEB se originó al incorporar a la alimentación de las vacas harinas cárnicas conteniendo restos de ovejas afectadas por scrapie. Los cambios introducidos en la producción de las harinas cárnicas en torno a 1980, principalmente la reducción del tiempo de ebullición y la eliminación de los solventes de las grasas antes utilizados, permitieron la persistencia del agente etiológico e infectaron estos suplementos proteicos (Bradley y Wilesmith, 1993). Asimismo, los residuos de ganado vacuno infectados pero que no hubieran llegado a manifestar la enfermedad, pudieron pasar a su vez a la cadena de producción de harinas cárnicas, contribuyendo a extender la enfermedad. De hecho, la prohibición en 1988 de la alimentación de las vacas con estas harinas y la eliminación de más de cuatro millones y medio de vacas mayores de 30 meses ha dado lugar a una importante disminución del número de casos en el Reino Unido.
En otros países donde ha aparecido la EEB hay datos de importación de vacas o de harinas cárnicas procedentes del Reino Unido. Durante la epidemia se ha observado una encefalopatía espongiforme transmisible coetánea en algunos animales domésticos, como los gatos, o en ungulados de parques zoológicos; verosímilmente el mecanismo de transmisión ha sido análogo al de las vacas. El British Inquiry Report (Informe solicitado por el Parlamento británico para revisar la emergencia y la historia de la EEB y de la variante de la Enfermedad de Creutzfeldt Jakob en Reino Unido y las medidas adoptadas al respecto) sostiene, sin embargo, que la epidemia de EEB pudo ser iniciada por una mutación genética en el ganado vacuno británico y diseminada por el paso del ¿nuevo¿ prión a las harinas cárnicas. Sin embargo como se ha sugerido (Brown et al., 2000) resulta difícil pensar que, mientras que el scrapie y la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob esporádica tienen una distribución mundial, la mutación patógena de la EEB sólo se haya producido en el Reino Unido.
No existen pruebas de que la ingesta oral de harinas cárnicas contaminadas transmita la enfermedad a los cerdos o las aves. No obstante, el uso de estas harinas cárnicas se ha prohibido para todo tipo de animales. Otras encefalopatías espongiformes transmisibles en animales tienen menor trascendencia (Tabla 1). Conviene mencionar que la caquexia crónica, encefalopatía espongiforme propia de los cérvidos, es frecuente en estos animales en EEUU (15% de algunas manadas), y aunque no hay evidencia de que se transmita al hombre, existe cierta preocupación a este respecto (Dominguez et al., 1998; Brun et al., 2000).
Encefalopatías espongiformes en humanos.
Kuru
El kuru fue descrito en 1957 en la población Fore de Papúa-Nueva Guinea (Gajdusek y Zigas, 1957). Tuvo una elevada incidencia, llegando a afectar al 1% anual de una población de 35.000 habitantes (prevalencia aproximada del 10%). Afectaba preferentemente a niños, adolescentes y mujeres adultas, y se caracterizaba por el inicio insidioso de ataxia progresiva, cefalea, artralgias, temblores, movimientos coreicos, pérdida de masa muscular, debilidad y, en el último estadio, demencia. Los pacientes no tenían fiebre y tanto el electroencefalograma como el líquido cefalorraquídeo eran normales. La muerte ocurría entre los 3 y 24 meses después del inicio.
El origen del kuru se ha considerado relacionado con la práctica de un canibalismo ritual que llevaba a estos individuos a ingerir partes del cuerpo de sus congéneres fallecidos. Actualmente es una entidad prácticamente extinguida tras el abandono de estas prácticas caníbales ya a partir de 1957. Sin embargo, la aparición ocasional de algún nuevo caso corrobora la posibilidad de un prolongado periodo de incubación en estas enfermedades (Liberski y Gajdusek, 1997).
Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ)
La ECJ es la encefalopatía espongiforme transmisible humana más frecuente. Por su modo de adquisición se han descrito cuatro modalidades o tipos de esta enfermedad: esporádico, yatrógeno o adquirido, familiar y variante.
El 80-90% de los casos de ECJ en el mundo son esporádicos. Tiene una distribución universal y afecta a pacientes entre 16 y más de 80 años, con un 80% de los casos entre 50-70 años, sin diferencias en la incidencia por sexos.
Se han descrito casos yatrógenos de ECJ por contagio de pacientes con ECJ subclínica o desconocida en: transplantes de córnea, procedimientos neuroquirúrgicos (electrodos intracerebrales), plastias de duramadre de cadaver liofilizada (hay casos en nuestro país) y por terapia con hormona de crecimiento o gonadotrofina obtenida de hipófisis de cadáveres (más de 100 casos) (Brown et al., 2000). Las manifestaciones clínicas son semejantes a las de la ECJ esporádica. Se ha sugerido que algunos casos pudieran haber resultado de una posible contaminación durante intervenciones neuroquirúrgicas, aunque en ninguno se consiguiera una comprobación definitiva.
Entre un 5 y un 15% de los casos de las series publicadas son ECJ familiares con herencia autosómica dominante (Johnson y Gibbs, 1998). En estas familias se han descrito numerosas mutaciones en el gen de la proteína priónica, denominado PRNP y situado en el cromosoma 20. En general, el fenotipo clínico es similar al de la ECJ esporádica, aunque ocasionalmente se describen manifestaciones clínicas inhabituales como la parálisis supranuclear de la mirada o la neuropatía periférica (Mastrianni y Roos, 2000).
Variante de ECJ (vECJ)
En 1996 se identificó una variante de ECJ en Reino Unido (Will et al., 1996). Desde entonces hasta la primera mitad del 2002, se han descrito más de un centenar de casos. Así mismo, se han comunicado varios casos en Francia y algunos casos aislados en otros países (Irlanda, Italia, Estados Unidos). Parece tratarse de una enfermedad nueva, con características clínicas y anatomopatológicas propias que conocemos por las descripciones proporcionadas principalmente por la Unidad de Vigilancia de la ECJ del Reino Unido (Spencer et al., 2002). Esta variedad tiene diferencias clínicas importantes con la ECJ esporádica, aunque debemos aceptar que su nosología se está describiendo en la actualidad. Se han producido más de 100 casos en Reino Unido y se han dado casos también en otros países.
Desde la aparición de los primeros casos la vECJ se puso en relación con la EEB teniendo en cuenta la coincidencia temporo-espacial y a pesar de que hasta ese momento se consideraba que las EET animales no afectaban al hombre aunque se ingirieran alimentos procedentes de animales infectados. En los últimos años, numerosas pruebas experimentales han demostrado que la vECJ es la manifestación humana de la EEB, lo que implica la existencia de un salto de especie, aunque no se conoce con precisión el mecanismo patogénico. Dado el momento de aparición de la vECJ en relación con la epidemia de la EEB, se sugiere un periodo de incubación mínimo de 5-10 años (semejante al del kuru).
Otras enfermedades priónicas humanas
El Síndrome de Gerstmann-Sträussler-Scheinker (SGSS) y el Insomnio Familiar Letal (IFL) (Tabla 1) son enfermedades familiares muy poco frecuentes de las que existen algunos casos descritos en España. Se producen por distintas mutaciones en el PRNP: en el SGSS se han detectado mutaciones en el codón 102, y también se han descrito alteraciones en los codones 105, 145, y 117. El IFL se caracteriza por una mutación en el codón 178, aunque se han descrito otras alteraciones genéticas (Mastrianni y Roos, 2000). En la Tabla 2 se exponen los principales rasgos clinicopatológicos de estas enfermedades.
Enfermedad | Manifestaciones Clínicas | Edad de Comienzo* | Duración media | Anatomía patológica |
Kuru | Ataxia, demencia |
| 3-12 m | Placas tipo Kuru |
ECJe | Demencia, piramidalismo mioclonias y EEG peculiar | 60 a(17-83 a) | < 12 m | Espongiosis sustancia gris cortical y subcortical |
ECJf | Demencia, ataxia, mioclonias | <60 a(20-80 a) | 1-5 a | Espongiosis sustancia griscortical y subcortical |
vECJ | Alteración conductual, parestesias, demencia | 28 a(14-74 a) | 18 m | Espongiosis difusa placas floridas |
SGSS |
| <60 a(20-60 a) | 2-6 a | Placas multicéntricas y espongiosis |
IFL |
| 35-55 a | 18 m | Gliosis talámica y en olivas inferiores |
Tabla 2. Características clínico-patológicas de las enfermedades por priones en el hombre.
* Edad de comienzo: media y (rango)
a: años; m: meses: ECJ: Enfermedad de Creutzfeldt Jakob; IFL: Insomnio Familiar Letal; SGGS: Síndrome de Gerstmann-Sträussler-Scheinker; e: esporádica, f: familiar; v: variante;
Tomada de Mastrianni y modificada.