• La Consejería de Sanidad prevé que esta actuación de la Inspección de Consumo lleve hasta 1.100 establecimientos de toda la región

  • Desde el Gobierno regional se recuerda distintas recomendaciones de cara a las rebajas a ser tenidas por los consumidores y usuarios

  • En 2006, esta campaña de control de las ventas en las rebajas estivales supuso 1.070 actuaciones



La Junta de Castilla y León iniciará el próximo lunes, 2 de julio, coincidiendo con el comienzo del periodo de rebajas de verano, una Campaña de control de las ventas, que se desarrollará en todas las provincias de la Comunidad autónoma y que se estima prevé alcance a unos 1.100 establecimientos comerciales de la región.


Este período de rebajas de verano, según la normativa vigente en la Comunidad autónoma de Castilla y León, se extenderá entre el primero de julio y el 31 de agosto y en él, los establecimientos deberán mantener precios rebajados, durante un plazo que podrá oscilar entre una semana como mínimo y dos meses como máximo.


El objetivo de esta campaña de control de las ventas por parte la Consejería de Sanidad es el de vigilar que en la venta de los artículos rebajados no sean vulnerados los legítimos derechos económicos de los consumidores y usuarios, garantizándose para ello, que la calidad de los productos objeto de rebajas, es igual a la habitual y que las informaciones que reciben los compradores son claras y veraces.


Las rebajas suponen la venta de artículos ofertados a un precio inferior al fijado con anterioridad a dicha venta, dentro del mismo establecimiento; por tanto, los comercios que pueden realizar las rebajas son aquéllos que han ejercicio anteriormente, de forma habitual, la actividad comercial de venta de esos mismos productos a los consumidores.


Los inspectores de Consumo de la Junta comprobarán que los establecimientos en rebajas disponen, de forma visible desde el exterior, de una indicación relativa al período en el que van a mantener la oferta de rebajas y que los productos rebajados están suficientemente identificados.


Los aspectos fundamentales a controlar durante esta campaña, por la Inspección de Consumo, se centran en:

    • Ubicación de los productos rebajados.

    • Anuncio y duración de las rebajas.

    • Tipo de productos que pueden ser objeto de rebaja.

    • Calidad de dichos productos.

    • Precio de los productos rebajados y su publicidad.

    • Folletos y anuncios publicitarios de rebajas.

    • Pago con tarjetas bancarias.

    • Sustitución del producto o devolución de su importe.



A TENER PRESENTE POR LOS CONSUMIDORES



La Junta de Castilla y León considera importante que los consumidores y usuarios tengan presentes estas recomendaciones:

  • El establecimiento tiene la obligación de aceptar los cambios o devoluciones de los productos comprados, si antes del período de rebajas proporcionaba estos servicios al consumidor.

  • El precio de los productos debe estar lo suficientemente claro y visible, debiendo figurar el precio anterior junto al rebajado o anunciar el porcentaje de las rebajas.

  • Los comercios no deben efectuar saldos, liquidaciones u otras ventas promocionales, bajo la modalidad de rebajas.

  • La rebaja en el precio no implica una disminución de la calidad del producto.

  • Los artículos rebajados deben de formar parte de las existencias del establecimiento, como mínimo, un mes antes de la fecha de inicio de la campaña de rebajas.

  • Para ser rebajas de manera genérica debe de estar rebajado el 50% como mínimo de las prendas del establecimiento porque, si no es así, deberá anunciarse las rebajas de manera particular, por sectores y artículos diferentes.

  • Si el comercio admite normalmente, como forma de pago, las tarjetas de crédito también deben ser admitidas en rebajas.

  • Que dispongan de hojas de reclamaciones y que tengan el cartel anunciador de éstas.

  • Que los productos ofrecidos en rebajas presenten correctamente la información obligatoria para el consumidor: composición, instrucciones de uso, montaje y manejo, identificación de la empresa responsable, etc.

  • Los productos ofrecidos en rebajas no pueden presentar taras o defectos porque éstos serían "saldos" y, en su caso, como tales, deben anunciarse al consumidor, indicando el responsable del establecimiento el consumidor, las deficiencias o taras de que adolecen dichos productos.

  • El consumidor debe pedir siempre el ticket o factura de la compra para facilitar una posible reclamación posterior si el producto es defectuoso.



DATOS DE 2006



Durante las rebajas estivales de 2006, la Junta inspeccionó 818 establecimientos en Castilla y León, correspondiendo a locales mayoristas distribuidores, autoservicios, supermercados, hipermercados, tiendas especializadas, minoristas tiendas y minoristas de servicios.


Estas inspecciones dieron lugar a 1.070 actuaciones registradas.


De ellas, en 669 ocasiones se procedió al archivo, al no apreciarse infracción alguna; en 306 se realizaron advertencias por escrito, al tratarse de infracciones de escasa entidad, que no exigían de la inmediata incoación de expedientes sancionadores y sí de una advertencia escrita, de manera que si en una posterior inspección permaneciese dicha infracción, sí daría lugar a sanción; en 41 casos se procedió a la comunicación del hecho a otros organismos competentes por razón territorial; y en 54 ocasiones se procedió a incoar el oportuno expediente sancionador.


Los artículos controlados durante la pasada campaña de control de las rebajas de verano 2006 se centraron, preferentemente, en artículos de confección, de marroquinería y de viaje, material de deporte, aparatos de uso doméstico, textiles, manufacturas de piel y equipos audiovisuales, repartiéndose principalmente estas actuaciones, entre el 60,51% realizadas para el control de artículos de confección, el 21,03% en calzado, el 5,62% en artículos de deporte y manufacturas de piel y el resto, en productos industriales varios, como cámaras de fotografía, vídeo, electrodomésticos, etc.


En el 63,5% de los casos, estas inspecciones mostraron que la situación controlada era correcta, mientras que en el 36,5 % se detectaron incumplimientos de entre los cuales los más frecuentes fueron: la carencia de informaciones o leyendas obligatorias en los establecimientos; ausencia de las perceptivas "hojas de reclamaciones"; defectos o falta de indicación de los precios, ya fuese en general en el establecimiento, en los escaparates o en el interior; la no identificación de la firma o del domicilio del responsable de los productos controlados; deficiencias en el etiquetado; y fraude en la información a los consumidores y en la publicidad.