AUTORIZADO EL PROGRAMA REGIONAL DE TRASPLANTE DE PÁNCREAS Y PÁNCREAS-RIÑÓN
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La Comisión Regional de Trasplantes, bajo la presidencia del consejero de Sanidad, Francisco Javier Álvarez Guisasola, ha dado hoy el visto bueno a la puesta en marcha en Castilla y León del programa de trasplante de páncreas y páncreas-riñón, destinado a mejorar la calidad de vida de pacientes diabéticos y -en su caso- con insuficiencia renal añadida.
El responsable de este nuevo programa de trasplantes -que se une a los ya existentes en la Comunidad de riñón, hígado, corazón, córneas, tejidos osteotendinosos o progenitores hematopoyéticos- será el Complejo Asistencial de Salamanca
de la Junta de Castilla y León, en concreto la Unidad de Hepatología, la Sección de Cirugía Hepática, Biliar y Pancreática y el Servicio de Endocrinología.
Este hospital realiza trasplantes renales desde 1990, con profesionales altamente cualificados y con mucha experiencia, así como una infraestructura moderna y suficiente -que mejorará tras las obras de ampliación del hospital- para ofrecer un servicio del más alto nivel.
El trasplante de páncreas se ha consolidado como la mejor opción terapéutica en algunos pacientes diabéticos seleccionados, pudiendo revertir o detener la progresión de las complicaciones propias de esta enfermedad.
Por su parte, el trasplante de páncreas-riñón se ha establecido como la mejor alternativa para pacientes con diabetes tipo I que además se encuentren en diálisis por insuficiencia renal.
La previsión es comenzar este año de forma gradual, con alrededor de cuatro implantes, para a partir del año 2009 alcanzar una cifra media anual entre 6 y 8,
ya que la Comunidad de Castilla y León puede ser autosuficiente en cuanto a obtención de páncreas.
Además, el Complejo Asistencial de Salamanca podría convertirse en centro de referencia para este tipo de trasplante en las autonomías cercanas o en el norte de Portugal.
Como se sabe, la diabetes mellitus es una de las causas más importantes de morbilidad y discapacidad en la sociedad moderna, responsable de un porcentaje importante del gasto sanitario, con 190 millones de diabéticos en el mundo.
La prevalencia en Castilla y León se establece entre el 3,85% y el 5,6% de la población, con una incidencia de la diabetes tipo I de 10-12 casos por 100.000 habitantes, lo que equivaldría a un aumento de unos 250-300 nuevos casos al año.
La importancia de la enfermedad reside no sólo en esta elevada prevalencia, sino también en las complicaciones a las que se asocia, que son la tercera causa de fallecimiento en mujeres y la séptima en varones, con una comorbilidad importante, afectando la retinopatía a un 40-50% de los diabéticos y la neuropatía al 40%.
El riesgo de padecer una enfermedad coronaria, cerebrovascular o vascular periférica es de 2 a 4 veces mayor en el diabético. Las complicaciones renales son muy importantes, teniendo un riesgo 25 veces mayor de padecer insuficiencia renal que en pacientes no diabéticos.