• La Consejería de Sanidad ha previsto un período de vacunación que se desarrollará entre el 7 y el 18 de abril

  • La medida se dirige en Castilla y León a casi 10.600 niñas nacidas entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 1994

  • La administración de esta vacuna se realiza en tres dosis: una primera, en abril; la segunda, en junio; y la última, en el mes de octubre

  • Las niñas, que han recibido la información sobre esta vacuna en los centros educativos, deberán acudir a sus centros de salud para vacunarse acompañadas de sus padres

  • La vacuna frente al VPH es una medida preventiva primaria frente al cáncer de cuello de útero y forma parte, junto a los cribados sistemáticos y las medidas profilácticas sanitarias para evitar el contagio de infecciones de transmisión sexual


Un momento de la presentación de la Campaña de vacunación frente al virus del papiloma humano en Castilla y LeónUn momento de la presentación de la Campaña de vacunación frente al virus del papiloma humano en Castilla y León

El director general de Salud Publica e Investigación, Desarrollo e Innovación de la Junta de Castilla y León, Javier Castrodeza Sanz, informando a los medios sobre esta campaña regional

El próximo lunes, día 7 de abril, la Junta de Castilla y León inicia en los centros de salud de la región y en aquellos otros establecimientos sanitarios autorizados (para la población no cubierta por SACYL y perteneciente a mutualidades como MUFACE, MUJEJO, ISFAS, etc.) la Campaña de vacunación frente al virus del papiloma humano (VPH), dirigida a casi 10.600 niñas en la Comunidad autónoma nacidas entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 1994 y que, por tanto, cumplen catorce años a lo largo de 2008.

Niñas en Castilla y León nacidas

entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 1994

Av.

Bu.

Le.

Pal.

Sal.

Sg.

So.

Va.

Za

737

1.490

2.025

751

1.582

702

380

2.078

789

Total en Castilla y León: 10.534

Fuente: Instituto Nacional de Estadística

El plazo inicialmente programado se extiende entre el día 7 y el 18 de abril aunque la Consejería de Sanidad ha previsto la continuidad de la vacunación a lo largo de todo el mes de abril si así fuese necesario.

Para vacunarse, las adolescentes han de pedir cita en su centro de salud y acudir al mismo acompañadas de sus padres, tutores o representantes legales, con el oportuno consentimiento informado firmado.

La estrategia de captación y de información de la puesta en marcha de esta Campaña se ha iniciado en los centros escolares a los que acuden estas adolescentes, puesto que se garantiza una alta accesibilidad a toda la población, ya que se corresponde con una edad de escolarización obligatoria.

A través de los colegios e institutos, las adolescentes han recibido a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa la documentación elaborada con la finalidad de hacérsela llegar a sus padres, tutores o representantes legales y que está compuesta por un folleto informativo, una carta del consejero de Sanidad y el impreso en el que manifestar el consentimiento informado.

La primera de las dosis que componen esta vacuna frente al virus del papiloma humano se aplicará en abril, siendo la segunda en el mes de junio y la última se inoculará en octubre, ya en el curso académico 2008/2009.

Es recomendable que las niñas acudan a los centros de salud con su correspondiente cartilla de vacunación.

VACUNA GRATUITA Y VOLUNTARIA

La Junta ha incluido la administración de esta vacuna en el Calendario de vacunaciones sistemáticas infantiles de Castilla y León; de esta forma, la vacuna contra el virus del papiloma humano, al igual que el resto de vacunas que componen esta planificación regional, es voluntaria, gratuita y universal para la cohorte poblacional -las niñas nacidas en 1994- establecida como destinataria de la campaña a desarrollar en 2008 y que tendrá continuidad en los siguientes años.

El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud recomendaba a finales del pasado 2007 la inclusión de la vacuna frente VPH en los calendarios vacunales infantiles, recomendación que debería estar implantada antes de 2010 y que la Comisión Nacional de Salud Pública concretó en una vacunación a los catorce años.

Esta vacunación gratuita, voluntaria y universal responde a la necesidad de garantizar la máxima efectividad de la vacuna antes del inicio de la actividad sexual.

La Consejería de Sanidad ha adquirido un total de 32.000 dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano para su uso en la Campaña de vacunación que ahora se inicia y que finalizará en octubre; en total, la Junta de Castilla y León ha destinado 3,6 millones de euros al suministro de estas vacunas.

La vacuna tetravalente inactivada elegida es de administración intramuscular, recomendada para mujeres entre nueve y 26 años y protege contra los tipos denominados de "alto riesgo": el VPH 6, el VPH 11, el VP 16 y VPN 18 (éstos dos últimos producen el 70% de los casos de cáncer de cuello de útero en el mundo, mientras que los de tipo 6 y 11 producen un elevado porcentaje de displasias cervicales leves y más del 90% de las verrugas genitales o condilomas); además, a parte de que no debe ser administrada durante el embarazo, no tiene prácticamente contraindicaciones -si acaso, leves molestias en la zona de inoculación-, es muy segura y sólo es incompatible para las personas con alergia a la levadura.

La implantación de esta vacuna es, junto con la sustitución de parte de las dosis necesarias de las vacunas pentavalente y de la hepatitis B por la de tipo hexavanlente, novedades en el Calendario regional de vacunaciones infantiles sistemáticas que desarrolla la Consejería de Sanidad y para el que se han presupuestado en el presente ejercicio un total de 11,75 millones de euros, cifra que incrementa en casi un 160% los 4,6 millones que la Junta de Castilla y León destinaba en 2007.

EVITAR CREAR UNA FALSA PERCEPCIÓN DE SEGURIDAD

La administración de la vacuna contra el VPH supone una medida de prevención primaria frente a las verrugas genitales, lesiones precancerosas y el cáncer de cuello de útero; es decir, se enmarca en las estrategias de Salud Pública para la prevención del cáncer de cérvix que también se desarrollan mediante cribados sistemáticos, sin olvidar la importancia de las políticas de educación sanitaria y sexual, para evitar el contagio de infecciones de transmisión sexual.

El virus del papiloma humano presenta más de 100 tipos que, según la tipología, es causante de verrugas comunes en manos o pies, en mucosas y región ano-genital y, en los anteriormente descritos como de "alto riesgo", están implicados en el cáncer de cuello uterino y en otro tipo de tumores de la región genital.

La infección genital por este virus se adquiere mediante transmisión sexual, con un mayor riesgo en edades jóvenes y aumenta con el número de parejas sexuales.

Aunque el VPH es el principal agente causal de las lesiones precursoras y del cáncer de cuello de útero y la infección persistente es causa necesaria para el desarrollo de esta patología oncológica, no es causa suficiente; otros factores de riesgo son el tabaquismo, la coinfecciones como clamidia, el número de partos y situaciones de inmunosupresión, incluida la infección por VIH.

La vacuna frente al virus del papiloma humano sólo protege contra algunos de los tipos del VPH, los considerados de "alto riesgo", pero no frente a enfermedades de transmisión sexual ni contra el VIH; es por ello muy importante evitar crear una falsa percepción de seguridad que, tras la introducción de esta vacuna en el Calendario de vacunaciones sistemáticas infantiles de Castilla y León, suponga una aumento de prácticas sexuales no seguras, de forma especial entre adolescentes no vacunadas.

Asimismo conviene insistir en que las estrategias de Salud Pública frente al cáncer de cuello de útero necesitan de la utilización de los programas de cribado y de detección precoz del cáncer de cérvix por parte de la población femenina a los que están dirigidos, ya que son las medidas más adecuadas para la prevención y detección de estas patologías oncológicas uterinas y de otras dolencias genitales; incluso, la vacunación no elimina la necesidad de mantener y asegurar una adecuada cobertura de cribado en su momento para las niñas que han sido vacunadas.