• Cuenta con un total de ocho camas

  • El número de ingresos anuales se ha estimado entre 70 y 100


La Gerencia Regional de Salud cuenta ya con un dispositivo apropiado para dispensar la atención oportuna en régimen de hospitalización a la población infanto-juvenil que padece trastornos psiquiátricos, dispositivo que ha permitido completar la red asistencial destinada a estos pacientes.


La población menor de dieciocho años en la Comunidad de Castilla y León asciende a 328.792 personas. Se estima una necesidad de una cama por 55.000 habitantes menores de dieciocho años, por lo que se ha dimensionado la Unidad con ocho camas, con una tasa similar a la que existe en otras regiones que cuentan con este tipo de servicios, estimándose entre 70 y 100 el número de ingresos anuales.


Como dato orientativo, en el año 2006 se han atendido 32.321 consultas ambulatorias en los equipos y programas de Salud mental infanto-juveniles de la región, con la siguiente distribución provincial:

      • Ávila: 1.826

      • Burgos: 4.387

      • León: 2.245

      • Palencia: 1.066

      • Salamanca: 4.475

      • Segovia: 859

      • Soria: 1.035

      • Valladolid: 14.724

      • Zamora: 1.704


RECURSOS HUMANOS



Los profesionales de esta Unidad constituyen un equipo multidisciplinar, con experiencia en el campo de la Paidosiquiatría (Psiquiatría infantil) y comparten actividades y programas dirigidos al abordaje de los problemas concretos de cada paciente. Esto se traduce en el diseño de un plan de atención individualizado para cada paciente.

El equipo está formado por un total de 16 profesionales:


- Un psiquiatra

- Un psicólogo clínico

- Cinco enfermeras

- Cinco auxiliares de Enfermería

- Un trabajador social

- Un terapeuta ocupacional

- un auxiliar administrativo

- un celador


Esta Unidad, dirigida por la doctora Carmen Ballesteros Alcalde, está ubicada en la planta once, ala oeste, del Hospital clínico universitario de Valladolid, ya que en ella se encuentran el resto de dispositivos psiquiátricos hospitalarios (Unidad de hospitalización de agudos, Hospital de Día, Psiquiatría de enlace y consultas ambulatorias de Psiquiatría infanto-juvenil), lo que facilita la fluidez en la comunicación entre profesionales, interconsultas, reuniones de departamento, sesiones clínicas conjuntas, tareas administrativas, etcétera.

Las obras de adaptación y el equipamiento han supuesto una inversión de 998.372 euros, e incluyen dotación de ordenadores e impresoras para los despachos, así como material específico de juego y didáctico para los niños o material de uso profesional (test y baterías de pruebas psicométricas y de psicodiagnóstico), siempre bajo una serie de condiciones de seguridad dada la edad y la patología de los enfermos.


ESTRUCTURA FÍSICA

La estructura física de esta servicio está formada por los siguientes espacios asistenciales:

    • Cuatro habitaciones dobles y una habitación individual de reserva para observación intensiva con control permanente de personal de enfermería.

    • Dos consultas para psiquiatra/psicólogo.

    • Una sala de terapias y usos diversos: grupos, técnicas de relajación, juegos, etc.

    • Hospital de Día.

    • Comedor-cuarto de estar de pacientes.

    • Cámaras de Gessell en cada despacho y sala de terapia (son espacios conformados por dos ambientes separados por un vidrio de visión unilateral y que cuentan con equipos de audio y de video).

    • Medios audiovisuales de grabación de voz y de imagen, tanto por seguridad como orientados a los objetivos docentes, además del cumplimiento de la normativa jurídica española sobre peritajes psiquiátricos.



CIRCUITO TERAPÉUTICO


La Unidad de hospitalización infanto-juvenil es de referencia regional y, por consiguiente, todas las Áreas de Salud de Castilla y León derivarán pacientes a la misma. La petición de ingreso podrá realizarse bien desde los servicio de Urgencias o bien programados desde las consultas.

El paciente a su ingreso atraviesa una fase de evaluación de su problema, que generalmente es:


1. Un cuadro cuyas características clínicas le impiden seguir tratamiento en régimen ambulatorio o permanecer en su domicilio. Por ejemplo, la sintomatología es de suficiente intensidad que requiere una supervisión o vigilancia especial (obsesiones graves, autoagresividad, heteroagresividad, trastornos del comportamiento alimentario, trastornos emocionales, depresiones, intentos de suicidio, abusos y malos tratos, etc.)


2. Un problema que exige requiere observación y pruebas especiales para efectuar un diagnóstico preciso: síntomas o síndromes intensos, graves y ambiguos observados en el entorno familiar y escolar que precisan de una observación continuada.


3. La necesidad de ajustar un tratamiento psicofarmacológico que precisa observación y vigilancia de los efectos secundarios y de la respuesta terapéutica y, por lo tanto, sería un riesgo instaurarlo en régimen ambulatorio.


En esta fase se realizan una serie de entrevistas familiares e individuales, se efectúan pruebas complementarias de tipo biológico y se aplican pruebas psicométricas y psicodiagnósticas con el objetivo de efectuar un diagnóstico preciso.


Posteriormente el paciente entra en una fase de intervención terapéutica en la que se desarrollan una variedad de programas que se realizan en una sala de terapias multiusos: terapia de grupos, técnicas de relajación, terapia de juego, etc. Al alta el paciente es derivado a su paidopsiquiatra de referencia con un informe sobre las pruebas realizadas y el tratamiento instaurado.


Por tanto, se atenderán y tratarán los trastornos mentales, del comportamiento, del desarrollo, de la personalidad y aquellos otros que merecen atención clínica y que precisan ingreso, y se pondrá al paciente infantojuvenil en condiciones de continuar el tratamiento en los restantes dispositivos de la red pública de SACYL para conseguir su remisión y/o recuperación.