La mejor manera de prevenir todos los tipos de cáncer de piel es evitar la exposición excesiva al sol.


Es necesario evitar las exposiciones solares importantes e intermitentes, como las que ocurren en las playas o en actividades deportivas al aire libre, especialmente en la infancia y adolescencia. Aunque el uso de fotoprotectores influya en la prevención, debe insistirse mucho más en la importancia de la ropa, sombreros y gafas adecuadas, así como evitar la exposición al sol alrededor del mediodía, mantenerse a la sombra..etc


Al comprar un protector solar, asegúrese de que sea adecuado para su tipo de piel y bloquee los rayos ultravioleta A (UVA) y ultravioleta B (UVB).


El protector solar debe aplicarse unos 15 minutos antes de salir al sol y volver a aplicarse cada dos horas. Si está planeando pasar tiempo en el agua, utilice un protector solar resistente al agua.


Los pacientes deben autoexaminarse y consultar con el médico cuando noten cualquier cambio importante (de color, forma, tamaño etc..) en una lesión pigmentada, o bien la aparición de lesiones pigmentadas de rápido crecimiento o cualquier otro tipo de tumoración aunque no sea pigmentada.


Algunas personas tienen más probabilidades de desarrollar un melanoma y, por tanto, deben vigilarse de forma periódica. Estas personas son:


- Las que ya han tenido un melanoma, aunque se haya curado

- Los familiares directos de pacientes con melanoma

- Las que tienen un gran número de lunares o lunares de aspectos raro.

- Las que tienen nevus melanocíticos congénitos gigantes (de más de 20 cm de diámetro mayor)

- Las que tienen la piel muy clara y se queman fácilmente al sol

- Las que tuvieron quemaduras solares importantes en la infancia y/o adolescencia

- Las que practican frecuentemente actividades al aire libre.


Preste especial cuidado para proteger a los bebés y los niños. La piel de los bebés y los niños es mucho más sensible que la piel de adultos y la exposición repetida a la luz solar podría favorecer el desarrollo de cáncer de piel en la edad adulta. Antes de exponerse al sol, asegúrese de que los niños estén protegidos por una camiseta de algodón, lleven protegida la cabeza con sombrero o gorra y se hayan aplicado crema con factor de protección alto.


Recuerde que la exposición al sol es acumulativa, de tal forma que todas las radiaciones que absorba su cuerpo a lo largo de la vida se sumarán incrementando el riesgo.


Si usted pasa tiempo al sol, trate de evitar las quemaduras solares. Si a pesar de las medidas preventivas sufre quemaduras piense que ha recibido un nivel peligroso de radiación y que cada vez que la piel esté expuesta aumentará la posibilidad de desarrollar un cáncer en el futuro.


Durante el verano, limite la cantidad de tiempo que pasa al sol cada día y use siempre protector solar. Limite especialmente el tiempo durante las primeras exposiciones (máximo 30 min) y luego vaya ampliándolo de forma gradual.


Los solarium y las lámparas de rayos UVA pueden ser más peligrosos que la luz natural del sol y pueden aumentar el riesgo de melanomas además de causar envejecimiento prematuro de la piel debido a que utilizan una fuente concentrada de luz ultravioleta (UV). Por lo que deben evitarse, sobre todo si se encuentra en uno de los grupos de alto riesgo de desarrollar cáncer de piel. Antes de someterse a una sesión de bronceado con rayos UVA deberán aconsejarle sobre su tipo de piel y la duración recomendada de la sesión.


Según las indicaciones de la OMS, deben abstenerse de tomar rayos UVA:


- Personas con fenotipo de piel I-II (piel blanca, sensible que se quema con facilidad o se broncea con dificultad)

- Menores de 18 años

- Personas con un gran número de nevus melanocíticos (lunares)

- Personas que tienden a tener pecas

- Personas con historia de quemaduras solares frecuentes en la infancia

- Personas con lesiones pre-malignas o malignas en la piel

- Personas en tratamiento farmacológico (recomendable consultar con el médico para que evalúe si

el fármaco aumenta la fotosensibilidad)