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La popularidad de estas bebidas está creciendo entre nuestros adolescentes, mientras que por otro lado, aumenta la preocupación de los efectos negativos que este tipo de productos puede generar en la salud.

Las bebidas con alto contenido en cafeína son aquellas que aportan más de 15 miligramos de esta sustancia por 100 mililitros de bebida.

Si realizamos equivalencia con un café expreso de 60 ml:

  • 250 ml = 80 mg de cafeína por lata = 1 café expreso
  • 330 ml = 105,6 mg de cafeína por lata = 1,32 cafés expreso
  • 500 ml = 160 mg de cafeína por lata = 2 cafés expreso

Una sola bebida energética sobre estimula el Sistema Nervioso Central, es por ello que algunas personas consumen este tipo de bebidas con la finalidad de aumentar el estado de alerta y el pensamiento rápido, así como para disminuir la sensación de fatiga mental. Estas características son un reclamo para los adolescentes en época de exámenes, así como en salidas de ocio, dado que estos mismos efectos pueden mejorar las relaciones interpersonales.

Además, una práctica relativamente habitual es mezclar las bebidas energéticas con alcohol. Esta mezcla aumenta las conductas de riesgo, debido a que la cafeína y otros ingredientes generan una menor percepción de la concentración de alcohol en sangre.

La gran mayoría de las denominadas bebidas energéticas tiene una composición similar a base de altas cantidades de cafeína, taurina y azúcar. También pueden contener otros ingredientes como ginseng o guaraná.

Hay estudios que muestran que un alto porcentaje de la población piensa que las llamadas bebidas energéticas no son más que un refresco habitual.


¿Son saludables estas bebidas para nuestros niños y adolescentes?

La ingesta ocasional de estas bebidas con elevada cafeína en adolescentes de 11 a 17 años puede provocar efectos adversos para la salud, como alteraciones en el sueño, alteraciones cardiovasculares o alteraciones de comportamiento.

La ingesta regular de bebidas energéticas se ha asociado a sobredosis de cafeína, hipertensión, pérdida de masa ósea y osteoporosis.

El consumo mantenido de bebidas energéticas puede contribuir a aumentar el sobrepeso y la obesidad.

Veamos algunos de sus ingredientes más comunes y sus efectos:

Cafeína:

Una bebida energética standard de 250 ml contiene 80 mg de cafeína, la misma cantidad que podrían contener 60 ml de café expreso.

También existen bebidas llamadas "caffeine/energy shots". Son bebidas de pequeño tamaño que logran concentrar en menos de 60 ml entre 200 y 420 mg de cafeína.

Puede generar nerviosismo, irritabilidad y ansiedad, además de afectar a la calidad del sueño e incluso insomnio, así como alteraciones en el pensamiento, la atención y la memoria.

El consumo crónico de altas dosis de cafeína se puede manifestar, entre otros, como síndrome de ansiedad, síndrome de insomnio y cefalea.

Azúcar:

Uno de los ingredientes presentes en las bebidas energéticas son los azúcares simples, cuya cantidad en la dieta debe estar controlada.

El consumo de azúcares simples puede tener relación con el desarrollo de otras patologías, tales como obesidad, diabetes y alteraciones en niveles de colesterol y triglicéridos.

La versión "cero azúcares" es una solución para reducir el consumo de azúcares, sin embargo acostumbrarnos a un dulzor alto puede llevarnos a consumir otros alimentos dulces en los que los azúcares no han sido sustituidos por edulcorantes. Por otra parte, aún se están investigando los efectos del exceso de edulcorantes en el sistema digestivo y endocrino.

Taurina:

La taurina está presente de manera natural en los alimentos, contribuyendo al normal desarrollo y actividad del sistema nervioso. Los niveles de taurina en el cerebro disminuyen significativamente con la edad.

Dado que los niveles de taurina son más elevados durante la adolescencia y la edad adulta, es poco probable que se necesite un suplemento de taurina en una persona sana, y un exceso de taurina tendría un efecto negativo y persistente en la función cognitiva y en el comportamiento de los adolescentes y adultos jóvenes.

Ginseng:

El Ginseng puede provocar hipertensión, cefaleas, arritmias, ansiedad y nerviosismo.

Dada la ausencia de estudios sobre los efectos del ginseng en grupos de población vulnerables, deben evitarse las bebidas que contengan ginseng no sólo durante el embarazo, la lactancia y en niños, sino también en adolescentes menores de 18 años.


Guaraná:

Contraindicado en úlceras de estómago, afecciones cardiovasculares, hipertensión y nerviosismo. También está contraindicado en embarazadas y durante la lactancia pues su consumo se ha asociado con el nacimiento prematuro y el bajo peso del recién nacido y no se ha establecido su seguridad en lactantes y niños.

La cafeína de guaraná debe declararse como adicional en la lista de ingredientes, ya que el contenido total de cafeína puede ser más alto que la indicada en la lista de ingredientes.



El Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha concluido que las bebidas energéticas no están recomendadas en niños ni mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.

El consumo de cafeína durante el embarazo y lactancia está desaconsejado, ya que la cafeína se distribuye por el organismo, atraviesa rápidamente la barrera hematoencefálica y la barrera placentaria, pasando también a la leche materna.

Más información:

Alimentación | Ventana abierta a la familia (saludcastillayleon.es)

Alimentación saludable | Ciudadanos (saludcastillayleon.es)

Informe AESAN Bebidas EnergéticasEste enlace se abrirá en una ventana nueva

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