En relación con la aparición de dos casos de la enfermedad de Creutfeldt-Jakob en la Comunidad de Castilla y León, la Agencia de Protección de la Salud y Seguridad Alimentaria de la Consejería de Sanidad informa de que actualmente no existe ningún riesgo para la salud asociado al consumo de la carne de bovino.

Las actividades que se realizan para garantizar la seguridad de este producto son las siguientes:

Desde el año 2001, los controles oficiales que la Junta de Castilla y León realiza para garantizar que no exista ningún riesgo de transmisión al hombre de enfermedad de Creutzfeldt-Jakob se realizan en toda la cadena alimentaria, siendo efectuados en el ámbito de las consejerías de Agricultura y Ganadería y de Sanidad.

La Consejería de Sanidad realiza el control del 100% de animales que entran en el matadero y que podrán ser destinados a la cadena alimentaria. A todos estos animales se les realiza una inspección antemortem y postmortem.

Una vez superado el control inicial, para todos los animales de la especie bovina mayores de 24 meses se realiza una toma de muestras para investigar la presencia del prión responsable de la Encefalopatía Espongiforme Bovina. Este control en España es más riguroso que lo exigido desde la Unión Europea , ya que ésta obliga sólo para animales mayores de 30 meses (y 24 sospechosos). A este respecto, hay que considerar que las investigaciones científicas de la Unión Europea no han detectado casos positivos de enfermedad en bovinos de edad inferior a 30 meses.

Los análisis se realizan en laboratorios oficiales de la Consejería de Agricultura y Ganadería en Burgos, León y Salamanca, y el resultado se remite a los Servicios Veterinarios Oficiales de la Consejería de Sanidad, quienes mantienen inmovilizada la carne en el matadero hasta la recepción de los resultados.

Cuando un animal resulta positivo en el análisis se retira para su destrucción conjuntamente con los sacrificados en los puestos anterior y dos posteriores.

Además la Consejería de Agricultura y Ganadería, inicia la investigación epidemiológica de la explotación de procedencia del animal.

Por tanto, el 100% de la carne de los animales potencialmente peligrosos para la transmisión de la enfermedad que llega a los consumidores ha resultado negativa (sin enfermedad) en el análisis.

Además, todos los materiales especificados de riesgo (MER: material que potencialmente pudiera contener el prión) son destruidos bajo control oficial y por tanto, todo este material no se incorpora a la cadena alimentaria ni tampoco puede entrar a formar parte de productos destinados a la alimentación animal.

En la tabla se adjunta información sobre el número de animales de la especie bovina sacrificados en mataderos de Castilla y León en los últimos años, así como el número de resultados positivos en los análisis mencionados anteriormente.

AÑO

BOVINOS

SACRIFICADOS

BOVINOS SACRIFICADOS MAYORES DE 24 MESES

BOVINOS MUESTREADOS

POSITIVOS EN MATADERO

2001

375.147

67.148(*)

67.148

5

2002

403.167

94.215

94.215

13

2003

425.381

96.293

96.293

29

2004

462.861

108.367

108.367

11

2005

481.169

126.025

126.025

6

2006

446.550

108.113

108.113

7

2007

374.862

94.740

94.740

7

TOTAL

2.969.137

694.901

694.901

78

(*)NOTA: en el año 2001 se muestreaban hasta el mes de agosto los mayores de 30 meses, y a partir de agosto, los mayores de 24 meses

EN CONCLUSIÓN, todas estas actividades de control garantizan que no existe ninguna posibilidad de que el prión causante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob pase a la cadena alimentaria, y por tanto es absolutamente seguro el consumo de este producto.