El programa, puesto en marcha junto con la Fundación STANPA y la AECC, está en marcha desde el año 2013 y, en este tiempo, se han beneficiado de él 339 mujeres. En los talleres se enseña a las participantes a maquillarse y a proteger la piel mientras se someten a los tratamientos que necesitan para superar diversos procesos oncológicos. El objetivo es que reciban consejos prácticos por parte de profesionales, a la vez que pasan un rato divertido en compañía de otras pacientes que están pasando por su misma situación.
Desde el año 2013, más de 300 mujeres con tratamiento de quimioterapia se han beneficiado de los talleres de maquillaje y cuidado de la piel que se imparten en el Hospital Universitario Río Hortega y que el próximo mes de abril celebran su cuarto aniversario con un balance de más de 40 sesiones.
Esta iniciativa parte de la fundación STANPA, cuya labor es fundamental ya que aporta al proyecto dos maquilladoras expertas por taller y todos los productos cosméticos necesarios para la actividad, gracias a la aportación gratuita y desinteresada por parte de diversas empresas cosméticas que colaboran con la fundación. La presencia de estas profesionales garantiza que las participantes reciben consejos adecuados y personalizados para ellas y su situación actual. Además, en cada sesión están presentes voluntarias de la AECC, que velan porque la actividad se ajuste a las necesidades de pacientes oncológicas, y una enfermera del hospital de día de oncología del Río Hortega que garantiza que todas las asistentes se encuentren bien en todo momento.
El tratamiento oncológico, especialmente la quimioterapia, suele producir algunos cambios en la piel, siendo los más frecuentes el aumento de la sequedad y de la sensibilidad. Por eso es importante enseñar a las mujeres a maquillarse sin dañarse y a protegerse del sol. Esto beneficia tanto la salud física como la psicológica de las pacientes, que aprenden a verse bien y a cuidarse en un ambiente distendido y privado. La actividad se realiza siempre en grupos reducidos que facilitan la intimidad y atención individualizada de todas las participantes,
La principal ventaja de la iniciativa, según la AECC, es el aumento de la autoestima que se produce en las mujeres al enseñarlas a restablecer su propia imagen. La meta es favorecer una actitud positiva, a través de refuerzo emocional y el soporte grupal. Además, los talleres ayudan a las asistentes a desconectar, ya que durante su desarrollo no se habla de la enfermedad, y también a divertirse.
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