12/04/2017

Los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) y los bloqueadores de los receptores de la angiotensina (ARA) son fármacos prescritos para la hipertensión, la insuficiencia cardíaca, la microalbuminuria diabética, la enfermedad renal proteinúrica y después del infarto de miocardio.


Después de comenzar a tomar estos fármacos los pacientes pueden sufrir una disminución repentina de la función renal, debido al antagonismo de la constricción arteriolar eferente mediada por angiotensina II. Para detectar la insuficiencia renal súbita se recomienda monitorizar la creatinina sérica antes y después del inicio del IECA/ARA e interrumpir el tratamiento si las concentraciones de creatinina aumentan en un 30% o más.


Los datos de los ensayos clínicos indican que la insuficiencia renal inducida por IECA/ARA es poco frecuente. Pero como suele ocurrir, los pacientes que se ven en la práctica clínica rutinaria son, en promedio, mayores y tienen más comorbilidad que los elegibles para los ensayos.


Se ha publicado en BMJ un estudio observacionalEste enlace se abrirá en una ventana nueva realizado con la base de datos CPRD. De los 303.451 pacientes que iniciaron el tratamiento con IECA o ARA en el periodo 1997-2014, solo alrededor del 40% tenía recogido el valor de creatinina al inicio y un seguimiento posterior. Estos 122.363 son los que formaron la cohorte de estudio.


En un 1,7% de los pacientes (2.078) la creatinina sérica aumentó el 30% o más. Una mayor proporción eran mujeres, ancianos, tenían comorbilidad cardiorrenal y usaban antiinflamatorios no esteroideos, diuréticos de asa o diuréticos ahorradores de potasio.


Se compararon las tasas de enfermedad renal terminal, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca y muerte, entre los pacientes con incrementos de creatinina del 30% frente a aquellos sin dichos aumentos y para cada aumento del 10%:

  • Los aumentos de la creatinina del 30% o más se asociaron con un aumento de la tasa de incidencia ajustada para todos los resultados, en comparación con aumentos de menos del 30%: 3,43 (2,40 a 4,91) para la enfermedad renal en etapa terminal; 1,46 (1,16-1,84) para el infarto de miocardio; 1,37 (1,14 a 1,65) para la insuficiencia cardíaca y 1,84 (1,65 a 2,05) para la muerte.

  • Los incrementos de creatinina de menos del 30% también se asociaron con mayores tasas de incidencia para todos los resultados, incluyendo la muerte: 1,15 (1,09 a 1,22) para aumentos del 10-19% y 1,35 (1,23 a 1,49) para aumentos del 20-29 %, utilizando <10% como referencia.


Este estudio de cohortes muestra un aumento gradual del riesgo de enfermedad renal terminal, resultados cardíacos adversos y muerte por cada aumento de 10% de creatinina, incluso por debajo del umbral del 30%.


No está claro si estos cambios de creatinina están causalmente relacionados con resultados adversos o son un biomarcador de aumento del riesgo.


Los aumentos en la creatinina después del inicio del tratamiento IECA / ARA identifican un grupo de alto riesgo que necesita un seguimiento estrecho y en el que deben considerarse los riesgos y beneficios de la prescripción de IECA / ARA