9/10/2018
Fuente: JAMA

Una revisión realizada por JAMAEste enlace se abrirá en una ventana nueva, recién publicada (el 2 de octubre de 2018), resume la evidencia actual con respecto a la fisiopatología, el diagnóstico y el tratamiento de la artritis reumatoide (AR).


La AR es una enfermedad inflamatoria crónica de las articulaciones con una prevalencia mundial de, aproximadamente, 5 casos por cada 1000 adultos. La fisiopatología de la AR implica una inflamación crónica de la membrana sinovial, que puede destruir el cartílago articular y el hueso yuxtaarticular. Los descubrimientos recientes con respecto a las vías biológicas han mejorado la comprensión de los fenómenos asociados con la inflamación reumatoide y sus consecuencias.


Aunque la AR es incurable, los enfoques terapéuticos modernos permiten lograr un excelente control de la enfermedad. Los pacientes con AR deben ser tratados con fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME). Estos se definen como medicamentos que interfieren con los signos y síntomas de la AR, mejoran la función física e inhiben la progresión del daño articular. El objetivo del tratamiento es conseguir la remisión de la enfermedad o un estado de actividad bajo, que debe alcanzarse dentro de los 6 meses.


Un punto muy interesante es la optimización de la eficacia de estos tratamientos. Una vez que se logra una remisión sostenida, se puede considerar disminuir los FAME biológicos o los FAME sintéticos específicos (inhibidores JAK), consiguiéndose los mejores resultados cuando los pacientes han estado en remisión durante al menos 6 meses. Sin embargo, las recaídas son comunes después de la retirada del tratamiento. Por lo tanto, la reducción de la dosis o los incrementos de intervalo entre las dosis, se prefieren al cese de la terapia.


Tabla de los FAME actualmente aprobadosEste enlace se abrirá en una ventana nueva (Estados Unidos, Europa o ambos). Jama 2018; 320 (13): 1360-1372. doi: 10.1001 / jama.2018.13103