Portal del Medicamento
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El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ofrece en la nota informativa MUH 8/2016 un conjunto de recomendaciones específicas en relación con los medicamentos dirigidas a la prevención de los efectos de posible ola de calor en las personas.
Como mensajes clave destacan los siguientes:
1. Los principales grupos de población en situaciones de calor extremo son los ancianos, los lactantes y los niños, las personas con una afección crónica que requieran medicamentos, en particular con afecciones severas, y las personas dependientes. El aislamiento social también aumenta su fragilidad.
2. En caso de ola de calor, los medicamentos a tener en cuenta son los susceptibles de:
- Agravar un síndrome de agotamiento–deshidratación o de golpe de calor, como los siguientes:
• Medicamentos que provocan alteraciones en la hidratación y / o trastornos electrolíticos: diuréticos, principalmente diuréticos del asa.
• Medicamentos que pueden afectar la función renal: AINE, IECA, ARA-II, sulfamidas, indinavir, aliskireno, gliptinas y agonistas de receptores GLP-1, fármacos nefrotóxicos (aminoglucósidos, ciclosporina, tacrólimus, contrastes yodados, etc).
• Medicamentos cuyo perfil farmacocinético puede ser afectado por la deshidratación: sales de litio, antiarrítmicos, digoxina, antiepilépticos, biguanidas y sulfamidas hipoglucemiantes, estatinas y fibratos.
• Medicamentos que pueden alterar la termorregulación central (neurolépticos, medicamentos serotoninérgicos) o periférica (medicamentos con propiedades anticolinérgicas, vasoconstrictores, medicamentos que limitan el aumento del gasto cardiaco).
- Inducir una hipertermia: neurolépticos, agonistas serotoninérgicos.
- Agravar indirectamente los efectos del calor por descenso de presión arterial (todos los antihipertensivos, antianginosos), o por alteración del estado de vigilia.
3. La adaptación de un tratamiento con medicamentos en curso debe considerarse de forma individualizada. En ningún caso está justificado considerar desde el principio, y sistemáticamente, una reducción o interrupción de los fármacos que pueden interactuar con la adaptación al calor del propio organismo.
4. Se recomienda a los profesionales sanitarios:
- Proceder a evaluar completamente el estado de hidratación (evaluación clínica, evaluación de la ingesta de líquidos, medición del peso, de la frecuencia cardiaca, de la presión arterial y del balance electrolítico completo con la creatininemia y la evaluación del aclaramiento de creatinina) antes de tomar cualquier decisión terapéutica; - Controlar periódicamente el estado de hidratación y los factores de riesgo - Revisar la lista de los medicamentos utilizados por el paciente, e identificar aquellos que pueden alterar la adaptación del organismo al calor (ver tabla). - Revaluar la necesidad de cada uno de los medicamentos y suprimir cualquier medicamento que parezca ser inadecuado o no indispensable; en particular aquellos que pudiesen alterar la adaptación del organismo al calor. - Evitar la prescripción de medicamentos antinflamatorios no esteroideos (aspirina, AINE clásicos, inhibidores de la COX-2), especialmente nefrotóxicos en caso de deshidratación. - En caso de fiebre, evitar la prescripción de paracetamol debido a su ineficacia para tratar la insolación y por el posible empeoramiento de enfermedad hepática, a menudo presente. - Cuando se prescriba un diurético, se debe verificar que la ingesta de líquidos y de sodio están adaptadas. - Recomendar a los pacientes que no tomen ningún medicamento sin consejo médico, incluidos los medicamentos sin receta. |
También desde el Ministerio recomiendan consultar el Plan de Prevención de Efectos de Altas Temperaturas.