5/10/2016
Fuente: Australian Prescriber

En el número de octubre de la revista Australian Prescriber, Este enlace se abrirá en una ventana nuevase ha publicado un interesante editorial sobre los modelos adoptados por distintos países, como el modelo británico y canadiense, para la asignación de recursos en el tratamiento del cáncer y las dificultades sociales y políticas que su implantación conlleva.


Algunos medicamentos contra el cáncer desarrollados recientemente, parecen ser una innovación relevante. En el melanoma maligno metastásico los nuevos fármacos que actúan sobre el sistema inmune, han creado entusiasmo y esperanza en una enfermedad para la que no existía ningún tratamiento eficaz. Aunque estos medicamentos han supuesto un avance terapéutico, no curan la enfermedad y tienen un precio desorbitado, no justificado, por prolongar unos meses la supervivencia. Sin embargo, esto no siempre es así, y en la práctica, muchos de los fármacos contra el cáncer han resultado ser decepcionantes.


Los ensayos clínicos de nuevos medicamentos contra el cáncer, incluyen pacientes altamente seleccionados que no representan los habituales en la práctica clínica. Para los beneficios que aportan estos medicamentos los costes son excesivos, pero ¿cómo podemos determinar cuándo un medicamento es coste-efectivo y qué modelo seguir para financiarlos?


A diferencia de lo que ocurre con las economías de libre mercado donde los precios se rigen por la oferta y la demanda, el editorial reitera que, por necesidad moral, el precio de los medicamentos debería ajustarse a su valor terapéutico.