3/07/2018

En el boletín nº2/2018 INFACEste enlace se abrirá en una ventana nueva, Osakidetza realiza una revisión general de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Repasa la farmacoterapéutica y consideraciones a tener en cuenta de estas patologías, y plasman mediante algoritmos adaptados el tratamiento de la Enfermedad de Crohn (EC) y la Colitis Ulcerosa (CU), tanto en el tratamiento de brotes leves-moderados como el tratamiento de mantenimiento.


Los objetivos del tratamiento de la EII son: evitar la mortalidad en los brotes e inducir la remisión sin necesidad de acudir a la cirugía, mantener la remisión obtenida y evitar las recidivas. Los grupos farmacológicos utilizados en la EII son:


Aminosalicilatos (sulfasalazina y mesalazina ó 5-asa), principales fármacos en el tratamiento de pacientes con CU, para inducir la remisión y especialmente en la terapia de mantenimiento. Han demostrado también ser eficaces en la profilaxis del desarrollo de carcinoma colorrectal en los pacientes con EII y afectación colónica.


Corticoides: fármacos de primera línea para el control de los brotes moderados-graves. No son eficaces para mantener la remisión. El uso de corticoides sistémicos debe limitarse al tiempo imprescindible para conseguir la mejoría de los pacientes con brotes moderados o graves de EII y plantearse desde el principio la fecha prevista de finalización.


Inmunomoduladores: son medicamentos de inicio de acción lento. Se debe esperar hasta 6 meses para descartar eficacia. Por ello, su uso no está indicado en monoterapia en los brotes agudos. Muestran efecto sinérgico cuando se combinan con fármacos antagonistas del factor de necrosis tumoral (anti-TNF). Los más utilizados son las tiopurinas: azatioprina y mercaptopurina.


Agentes biológicos: infliximab y adalimumab son los anti-TNF más utilizados, que están aprobados para el tratamiento de la EC y de la CU de moderada a grave, tanto en población pediátrica como en adultos, cuando hay una respuesta insuficiente, intolerancia o contraindicaciones al tratamiento convencional.


Antibióticos: Su papel está bien establecido en las complicaciones sépticas de la EII (abscesos, infecciones de heridas) y en el tratamiento de la pouchitis o reservoritis (inflamación del reservorio ileal tras una colectomía). Su beneficio en el tratamiento de la enfermedad primaria no está bien establecido. Los más frecuentemente empleados son el ciprofloxacino y el metronidazol.


Es importante supervisar el cumplimiento del calendario de vacunación en el momento del diagnóstico debido a las posibles alteraciones del sistema inmune, tanto de la propia enfermedad como del tratamiento.