18/05/2017
Fuente: JAMA

En personas con artrosis de rodilla es habitual la inflamación, que se asocia con la progresión del daño en el cartílago. La supresión de los procesos inflamatorios mediante corticoides podría reducir la progresión de la artrosis de rodilla. Esta posibilidad está respaldada por estudios en modelos animales. Sin embargo, los resultados de algunos estudios observacionales asociaron los corticoides intraarticulares con resultados adversos y esto, añadido a los efectos antianabólicos sobre el cartílago sano, ha planteado algunas dudas sobre su potencial para dañar las articulaciones.


En mayo, JAMA ha publicado un ensayo clínico aleatorizadoEste enlace se abrirá en una ventana nueva, doble ciego, controlado con placebo. En 140 pacientes con artrosis sintomática de rodilla y características ultrasónicas de sinovitis, se comparó la administración (cada 12 semanas durante 2 años) de triamcinolona intraarticular (n=70) con la de solución salina (n=70), con el fin de establecer los efectos en la progresión de la pérdida de cartílago y dolor en la rodilla.


La evaluación cuantitativa del volumen de cartílago se realizó mediante una resonancia magnética anual de rodilla (diferencia mínima clínicamente importante aún no definida). La valoración del dolor se realizó cada tres meses, mediante la subescala de dolor del índice de Likert (0 -sin dolor- a 20 -dolor extremo-; mejoría clínica mínima importante, 3.94).


Los 140 pacientes tenían una edad media de 58 años; 75 eran mujeres (el 54%) y 119 (el 85%) completaron el estudio. La triamcinolona intraarticular dio como resultado una pérdida de volumen de cartílago significativamente mayor que la solución salina, con un cambio medio en el grosor del cartílago de -0,21 mm frente a -0,10 mm (diferencia entre grupos, -0,11 mm; IC del 95%, -0,20 a -0,03 mm) y ninguna diferencia significativa en el dolor (-1,2 vs-1,9; diferencia entre grupos, -0,6; IC del 95%, -1,6 a 0,3).


El grupo salino tuvo 3 eventos adversos relacionados con el tratamiento, en comparación con 5 en el grupo de triamcinolona. Se identificó un pequeño aumento de los niveles de hemoglobina A1c (diferencia entre grupos, -0,2%; IC del 95%; -0,5% hasta -0,007%).


La conclusión de los autores fue que en los pacientes con artrosis sintomática de rodilla, la administración de triamcinolona intraarticular durante 2 años provocó una pérdida significativamente mayor de volumen de cartílago y ninguna diferencia significativa en el dolor de rodilla, en comparación con la solución salina intraarticular.


Por tanto, estos hallazgos no apoyan el tratamiento con triamcinolona intraarticular para pacientes con artrosis sintomática de rodilla.