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El asma infantil es una enfermedad crónica que a menudo mejora o se resuelve durante la adolescencia o la edad adulta. Estudios de cohortes prospectivos estiman que hasta el 75% de los niños en edad escolar con asma "superan" esta condición en algún momento de la edad adulta aunque, los que presentan síntomas más graves o mayor deterioro de la función pulmonar y mayor sensibilización a los aeroalérgenos, son menos propensos a experimentar la resolución del asma.
Sin embargo, hay menos evidencia sobre la tasa de remisión del asma entre los adultos y los datos disponibles sugieren que es menor que entre los niños.
El objetivo principal del estudio publicado en enero 2017 en JAMA fue determinar en cuántos pacientes se confirmaba el diagnóstico de asma realizado hace cuatro años.
El diagnóstico se confirmó en 410 pacientes (67%) y se concluyó que 203 pacientes (33%) no tenían asma en la actualidad. En este último grupo, 181 pacientes permanecieron libres de síntomas de asma y presentaron un resultado negativo de CMI al cabo de 12 meses. Entre aquellos en los que se descartó el asma actual, el 43,8% no había tenido una confirmación previa de la limitación reversible del flujo aéreo por espirometría, prueba bronquial o mediciones seriadas del flujo pico, por lo que no se sabe si el diagnóstico clínico inicial de asma fue correcto. Sin embargo, los resultados sugieren que hasta un tercio de los pacientes con asma de inicio en el adulto, pueden experimentar remisión.
El editorial de JAMA que acompaña al artículo original, señala dos ideas importantes para el manejo clínico:
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Los pacientes que han sido diagnosticados con asma de inicio en el adulto pueden no seguir teniendo asma ni requerir tratamiento de asma indefinidamente.
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Las pruebas fisiológicas, como la espirometría antes y después de la administración de broncodilatadores, son un componente esencial del diagnóstico de asma para evitar un tratamiento innecesario o un diagnóstico incorrecto.
Las recomendaciones actuales del asma sugieren disminuir la intensidad del tratamiento una vez que se ha logrado y mantenido un buen control durante 3 meses. El objetivo es encontrar el tratamiento mínimo efectivo del paciente que mantenga un buen control de los síntomas y exacerbaciones y minimice los costes y el riesgo de efectos adversos.
Los resultados de este estudio sugieren que aproximadamente un tercio de los individuos con asma podría disminuir la dosis de sus medicamentos para el asma o no necesitar tratamiento dentro de los 5 años desde su diagnóstico inicial. Los propios pacientes pueden ser capaces de saber cuándo su asma está en remisión y pueden autoajustarse e incluso proponer interrumpir el tratamiento.