10/04/2019
Fuente: OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS)Este enlace se abrirá en una ventana nueva está realizando un cambio de estructura y también en la manera de trabajar. En su nuevo Plan Estratégico hasta 2022 ha definido diez retosEste enlace se abrirá en una ventana nueva a los que dedicará especial atención este año: contaminación y cambio climático, gripe, resistencias antimicrobianas, Atención Primaria, dengue, patologías no transmisibles, entornos frágiles, Ébola, vacunas y VIH. De estas 10 prioridades, 6 de las mayores amenazas para la salud pública mundial están relacionadas directamente con las enfermedades infecciosas.


Contaminación del aire y cambio climático: La OMS ha considerado que la contaminación ambiental es el mayor riesgo ambiental para la salud. La contaminación del aire mata a unos 7 millones de personas prematuramente cada año a causa de enfermedades como el cáncer, accidentes cerebrovasculares, cardiopatías y neumopatías.


Enfermedades no transmisibles: Algunas de ellas (diabetes, cáncer y cardiopatías) son responsables de más del 70% de las muertes en el mundo, es decir, 41 millones de personas y 15 millones de muertes prematuras entre 30-69 años. El aumento de estas enfermedades se ve favorecido por factores de riesgo como el consumo de tabaco, la inactividad física, el consumo exagerado de alcohol, las dietas no saludables y la contaminación del aire.


Pandemia mundial de gripe: La OMS vigila la circulación de los virus gripales para detectar posibles cepas pandémicas: 153 instituciones de 114 países participan en la vigilancia y la respuesta mundiales. Cada año, la OMS recomienda qué cepas deben incluirse en la vacuna antigripal para proteger a las personas frente la gripe estacional. El Programa Mundial de la gripeEste enlace se abrirá en una ventana nueva ofrece a los Estados Miembros orientaciones estratégicas, apoyo técnico y coordinación de actividades esenciales para lograr que sus sistemas de salud estén mejor preparados frente a las amenazas que para las personas y las poblaciones suponen la gripe estacional, zoonótica y pandémica.


Entornos frágiles y vulnerables: como consecuencia de una combinación de problemas como sequías, el hambre, los conflictos y el desplazamiento de población.


Resistencia a los antimicrobianos: La incapacidad para prevenir infecciones podría comprometer seriamente la cirugía y algunos procedimientos como la quimioterapia.


La farmacorresistencia se debe al uso excesivo de antimicrobianos en las personas, pero también en los animales, especialmente en los utilizados para la producción de alimentos, así como en el medio ambiente. La OMS está trabajando con estos sectores para aplicar un plan de acción mundial:


El Plan de acción mundial sobre la resistencia a los antimicrobianosEste enlace se abrirá en una ventana nueva tiene como objetivos:

  • mejorar la concienciación y la comprensión con respecto a la resistencia a los antimicrobianos;
  • reforzar los conocimientos a través de la vigilancia y la investigación;
  • reducir la incidencia de las infecciones;
  • utilizar de forma óptima los agentes antimicrobianos; y
  • preparar argumentos económicos a favor de una inversión sostenible que tenga en cuenta las necesidades de todos los países, y aumentar la inversión en nuevos medicamentos, medios de diagnóstico, vacunas y otras intervenciones.

El virus del Ébola y otros patógenos que conllevan una amenaza: En el Plan de I+D de la OMS se identifican las enfermedades y los patógenos que pueden causar una emergencia de salud pública pero no existen tratamientos y vacunas eficaces. Esta lista de vigilancia para las actividades prioritarias de investigación y desarrollo incluye:

  • el Ébola,
  • otras fiebres hemorrágicas,
  • la enfermedad por el virus de Zika,
  • la enfermedad por el virus de Nipah,
  • el síndrome respiratorio de Oriente Medio por coronavirus (MERS-CoV),
  • el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS)
  • y la enfermedad X, que simboliza la necesidad de prepararse frente a un patógeno desconocido que podría causar una epidemia grave.

Atención primaria de salud deficiente: En octubre de 2018, la OMS organizó una importante conferencia mundial en Astaná (Kazajstán), en la que todos los países se comprometieron a renovar el compromiso con la atención primaria de la salud asumido en la Declaración de Alma-Ata de 1978.

En 2019, la OMS revitalizará y fortalecerá la atención primaria de la salud en los países y dará seguimiento a los compromisos específicos contraídos en el marco de la Declaración de Astaná.


Renuencia a la vacunación: La renuencia a vacunarse, esto es, la reticencia o la negativa a vacunarse a pesar de la disponibilidad de vacunas, amenaza con revertir los progresos realizados en la lucha contra las enfermedades prevenibles mediante vacunación. La vacunación es una de las formas más costo-eficaces de evitar enfermedades. Las razones por las que las personas deciden no vacunarse son complejas; un grupo asesor de la OMS sobre vacunas identificó la complacencia, los inconvenientes para acceder a las vacunas y la falta de confianza como razones clave.

El debate sobre inmunización y seguridad de las vacunas está recogido en Preguntas y respuestas sobre inmunización y seguridad de las vacunasEste enlace se abrirá en una ventana nueva.


Dengue: El dengueEste enlace se abrirá en una ventana nueva, una enfermedad transmitida por mosquitos que provoca síntomas similares a los de la gripe y que puede ser letal (hasta en el 20% de los casos graves) ha sido una amenaza creciente durante decenios. Aunque la mayoría de los casos se dan en Bangladesh y la India, la enfermedad se está extendiendo por otras zonas menos tropicales y más templadas, como Nepal. Se calcula que el 40% del mundo corre el riesgo de contraer el dengue, y se producen alrededor de 390 millones de infecciones al año. La estrategia de la OMS para el control del dengueEste enlace se abrirá en una ventana nueva tiene como objetivo reducir las muertes en un 50% para el año 2020.


VIH: Los progresos en la lucha contra el VIH han sufrido un gran avance en lo referente al número de personas a las que se realizan pruebas, el suministro de tratamientos antirretrovirales (TAR)Este enlace se abrirá en una ventana nueva (hay 22 millones de personas en tratamiento) y el acceso a medidas preventivas. Por otro lado, cada año casi un millón de personas mueren a causa del VIH/sida. Desde el comienzo de la epidemia, más de 70 millones de personas han contraído la infección y alrededor de 35 millones han muerto. 41 países han adoptado políticas sobre las pruebas de VIH realizadas por el propio paciente, y muchos otros las están desarrollando. 30% de las personas infectadas por el VIH en todo el mundo aún no están diagnosticadas. El autotestEste enlace se abrirá en una ventana nueva del VIH puede ayudar a los países a cumplir la meta de la ONU de diagnosticar al 90% de todas las personas infectadas con el VIH de aquí a 2020.