El intervalo QT es un parámetro electrocardiográfico que coincide en el tiempo con la sístole ventricular, tanto del periodo de despolarización como de repolarización. Se extiende desde el inicio del complejo QRS hasta el final de la onda T.
La prolongación del intervalo QT puede ser el origen de una taquicardia ventricular polimórfica denominada "torsión de puntas" (TdP o Torsades de Pointes) que puede presentarse como síncope, mareos o palpitaciones. Suele resolverse espontáneamente y, en algunos casos, produce una fibrilación ventricular y pudiera asociarse a muerte súbita cardiaca.
Este efecto adverso es producido por determinados medicamentos y en ocasiones puede conllevar una relación beneficio-riesgo desfavorable, por lo que debe tenerse en cuenta tanto en la prescripción como en la autorización de nuevos medicamentos. Las agencias reguladoras exigen la identificación del posible riesgo de prolongación del intervalo QT durante la investigación preclínica y clínica. La prolongación del intervalo QT constituye la causa más común de retirada de fármacos comercializados, junto a la hepatotoxicidad. Así, en los últimos años se han retirado del mercado fármacos como cisaprida, astemizol, terfenadina, grepafloxacino, etc. por este motivo.
Tradicionalmente se mide el intervalo QT para evaluar el riesgo de producir taquicardia ventricular TdP como efecto secundario de determinados medicamentos. No está bien establecida la correlación con el riesgo de producir TdP porque no todos los medicamentos que prolongan el intervalo QT son proarrítmicos y la no prolongación del intervalo QT no es garantía de ausencia de proarritmia. La prolongación del intervalo QT tiene por tanto un valor limitado en la seguridad cardiaca de un medicamento. El riesgo de este efecto es difícil de cuantificar.
En la mayoría de los casos, el mecanismo propuesto es la alteración de la repolarización ventricular por bloqueo de los canales de potasio.
La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) ha publicado alertas de seguridad sobre citalopram, escitalopram,
ondansetrón,
domperidona
e hidroxizina
relacionadas con el riesgo de producir prolongación del intervalo QT dependiente de dosis.
Entre los fármacos más conocidos que prolongan el intervalo QT están los antiarrítmicos. No obstante, se ha observado que hay más medicamentos que producen este efecto secundario como algunos antidepresivos, antipsicóticos, antibióticos, antivirales, antimicóticos y antieméticos, entre otros.
En el AZCERT (Centro de Arizona para la Educación e Investigación en Terapéutica) están disponibles los listados de medicamentos que prolongan el intervalo QT agrupados en tres categorías según el nivel de evidencia. Estos listados se van actualizando periódicamente teniendo en cuenta las notificaciones de las agencias reguladoras y la evidencia clínica disponible. Únicamente hay que registrarse de forma gratuita en la web para recibir dichas actualizaciones.
Las tres categorías son:
La evidencia disponible apoya la conclusión de que estos medicamentos alargan los intervalos QT y tienen un riesgo de TdP cuando se utiliza en las indicaciones autorizadas.
La evidencia disponible apoya la conclusión de que estos medicamentos pueden causar prolongación del intervalo QT, pero no hay pruebas suficientes de que estos fármacos, cuando se utilizan en las indicaciones autorizadas, tengan un riesgo de causar TdP.
La evidencia disponible apoya la conclusión de que estos medicamentos alargan el intervalo QT y aumentan el riesgo de desarrollar TdP, pero sólo en determinadas circunstancias (dosis excesivas, interacciones con otros fármacos,etc).
En la página web del AZCERT también está disponible el listado de medicamentos que debe evitarse, si es posible, para los pacientes con Síndrome QT largo (SQTL) congénito. Este listado incluye todos los fármacos de los tres grupos anteriores, algunos estimulantes cardiacos (atomoxetina, metilfenidato), droperidol, propofol, formoterol, salmeterol…
Los fármacos no incluidos en estos grupos no deben considerarse exentos de riesgo de prolongación del intervalo QT o TdP, ya que no todos los fármacos han sido adecuadamente evaluados para medir este riego potencial.
Para minimizar los posibles riesgos asociados a la utilización de estos medicamentos antes de prescribir a un paciente un medicamento que tiene capacidad de prolongar el intervalo QT, al igual que apuntan otras publicaciones -Bit, INFAC
- es importante:
Autores: Manuel Sebastian Aldeanueva, Mar Álvarez García