29/06/2015
Fuente: Plos One

Ya comentamos en una entrada anteriorEste enlace se abrirá en una ventana nueva, que datos procedentes de estudios publicados sugieren una posible interacción entre los inhibidores de la bomba de protones (IBP) y clopidogrel desencadenando la polémica sobre la relación beneficio/riesgo de estas asociaciones. Esta interacción podría reducir la actividad antiagregante de clopidogrel y en consecuencia, aumentar el riesgo de sufrir acontecimientos cardiovasculares de tipo aterotrombótico, en particular de reinfarto o recurrencia de un Síndrome Coronario Agudo en pacientes que toman clopidogrel después de sufrir un síndrome coronario agudo. Algunos estudios preclínicos sugieren que este riesgo se podría extender a individuos sin una historia previa de enfermedad cardiovascular.

Un estudio publicadoEste enlace se abrirá en una ventana nueva recientemente en Plos One, ha vuelto a desatar la polémica en los medios sobre la seguridad cardiovascular de los inhibidores de la bomba de protones, en concreto, relacionado con un mayor riesgo de infarto de miocardio. Se ha utilizado información clínica de farmacovigilancia (16 millones de historias clínicas de 2,9 millones de personas) aplicando metodología de minería de datos para analizar el uso de IBP se asocia a un mayor riesgo cardiovascular en la población general. Los autores compararon pacientes con reflujo gastroesofágico tratados con IBP (omeprazol, lansoprazol, pantoprazol, esomeprazol y rabeprazol) y con antagonistas H2 (cimetidina, famotidina, nizatidina y ranitidina). En los pacientes expuestos a IBP encontraron una asociación con infarto de miocardio (IM) 1,16 veces mayor (IC 95% 1,09-1,24) mientras que para los antagonistas H2 los resultados no mostraron esta asociación (OR=0,93; IC 95% 0,86-1,02).

Además, en el análisis de supervivencia de una cohorte prospectiva se observó el doble de incremento (HR=2,0; IC 95% 1,07-3,78) en la mortalidad cardiovascular con los IBPs y, esta asociación se produce independientemente del uso de clopidogrel.

Los autores concluyen que los IBP pueden afectar negativamente a la función vascular, y aumentar el riesgo de IM en población general, independientemente del uso de clopidogrel. Estos resultados necesitan investigación adicional. Este novedoso enfoque, donde se combinan datos preclínicos y minería de datos, puede aplicarse para identificar señales de seguridad de medicamentos.