20/04/2011

Tras la publicación de un estudio observacional de cohortes en el que se observa un incremento del riesgo de carcinoma basocelular asociado a la utilización de diuréticos de techo alto1, las agencias de medicamentos europeas han revisado la información disponible a este respecto. Como resultado de dicha revisión se ha concluido que la evidencia disponible hasta el momento no confirma la existencia de relación causal entre la administración de furosemida y bumetanida y el desarrollo de carcinoma basocelular.

Es bien conocido que un número importante de medicamentos, entre los que se encuentran algunos diuréticos (por ej. tiazidas, ahorradores de potasio y furosemida), tienen capacidad fotosensibilizante. Aunque la literatura científica ya recoge la existencia de una posible relación causal entre la administración de estos diuréticos fotosensibilizantes y el desarrollo de carcinoma escamocelular y de melanoma, no sucede lo mismo con el carcinoma basocelular, para el que hasta el momento no ha podido establecerse una relación causal clara con el uso de estos medicamentos.

Los factores de riesgo conocidos para el desarrollo de este tipo de carcinomas son la edad y determinadas características fenotípicas del individuo, como son el color de los ojos y de la piel y el fototipo de esta última. El mayor factor de riesgo de tipo medioambiental para el desarrollo del carcinoma basocelular es la exposición excesiva, tanto crónica como intermitente, a la radiación ultravioleta. Este riesgo además, puede verse incrementado en pacientes con problemas de fotosensibilidad.

El mencionado estudio, que en términos generales se encuentra bien diseñado, está compuesto por tres cohortes de pacientes, expuestas cada una de ellas a un tipo de tratamiento diurético diferente (tiazidas, ahorradores de potasio y diuréticos de techo alto). Los resultados del estudio muestran que la exposición acumulada a diuréticos de techo alto se asocia a un incremento del riesgo de carcinoma basocelular, sin que se observase que este incremento fuese dosis-dependiente.

Las agencias de medicamentos europeas han revisado la información disponible sobre este asunto. Además del estudio mencionado anteriormente se ha revisado la bibliografía y los datos procedentes de la notificación de sospechas de reacciones adversas. Durante esta revisión han observado lo siguiente:

  • No se ha encontrado ningún otro estudio que confirme este hallazgo. Los únicos dos estudios publicados sobre este tema no muestran un incremento del riesgo de carcinoma basocelular con el uso de diuréticos.2,3
  • La búsqueda bibliográfica llevada a cabo en la base de datos PubMed no ha identificado ningún estudio que explique el posible mecanismo por el que los diuréticos de alto techo podrían intervenir en el desarrollo de carcinomas basocelulares.
  • En Vigibase, base de datos gestionada por el Uppsala Monitoring Centre (centro colaborador de la OMS) y que contiene datos a nivel mundial sobre sospechas de reacciones adversas a medicamentos, tan solo hay registrados 2 casos de carcinoma basocelular asociados al uso de diuréticos.

En consecuencia, se ha concluido que no existe evidencia científica suficiente que permita establecer relación causal entre el uso de furosemida y bumetanida y el desarrollo de carcinoma basocelular y que actualmente no es necesario adoptar ninguna medida reguladora sobre este asunto.