21/09/2016
Fuente: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo

El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, en colaboración con la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, ha llevado a cabo una recopilaciónEste enlace se abrirá en una ventana nueva de todos los medicamentos de uso en España considerados peligrosos. El documento recoge, además, recomendaciones sobre la manipulación, las medidas de prevención asociadas y, en su caso, los equipos de protección individual que se deben usar para manipular los medicamentos peligrosos.


Ya en el año 2004, el National Institute for Occupational Safety and HealthEste enlace se abrirá en una ventana nueva (NIOHS) de los EEUU publicó una lista de Medicamentos Peligrosos que desde 2010 ha sido actualizada cada dos años. La última versión de 2016Este enlace se abrirá en una ventana nueva ha sido recientemente publicada. El NIOHS agrupa los medicamentos peligrosos en tres grupos:


Grupo 1. Medicamentos antineoplásicos.


Grupo 2. Medicamentos no antineoplásicos que cumplen al menos un criterio:

  • Carcinogenicidad
  • Teratogenicidad u otra toxicidad para el desarrollo

  • Toxicidad reproductiva

  • Toxicidad en órganos a bajas dosis

  • Genotoxicidad

  • Nuevos medicamentos con perfiles de estructura y toxicidad similar a medicamentos existentes que se determinaron como peligrosos según los criterios anteriores.


Grupo 3. Medicamentos que presentan riesgo para el proceso reproductivo y que pueden afectar a hombres y mujeres que están intentando concebir de forma activa y a mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, pero que no comportan riesgo para el resto del personal.


Los efectos sobre la salud de los medicamentos peligrosos están asociados a sus efectos terapéuticos y/o secundarios, que se admiten por ser menores o, en algunos casos, inevitables, como ocurre con los efectos cancerígenos asociados al uso de muchos citostáticos. Dichos efectos quedan justificados en los pacientes por presentar un balance beneficio/riesgo favorable, pero se deben evitar de manera radical en el personal sanitario y cuidadores para los que no existe beneficio clínico.


Puede consultar la revisión completa aquíEste enlace se abrirá en una ventana nueva