24/06/2016
Fuente: AEMPS

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ofrece en la nota informativa MUH 8/2016Este enlace se abrirá en una ventana nueva un conjunto de recomendaciones específicas en relación con los medicamentos dirigidas a la prevención de los efectos de posible ola de calor en las personas.


Como mensajes clave destacan los siguientes:


1. Los principales grupos de población en situaciones de calor extremo son los ancianos, los lactantes y los niños, las personas con una afección crónica que requieran medicamentos, en particular con afecciones severas, y las personas dependientes. El aislamiento social también aumenta su fragilidad.


2. En caso de ola de calor, los medicamentos a tener en cuenta son los susceptibles de:

- Agravar un síndrome de agotamiento–deshidratación o de golpe de calor, como los siguientes:

• Medicamentos que provocan alteraciones en la hidratación y / o trastornos electrolíticos: diuréticos, principalmente diuréticos del asa.

• Medicamentos que pueden afectar la función renal: AINE, IECA, ARA-II, sulfamidas, indinavir, aliskireno, gliptinas y agonistas de receptores GLP-1, fármacos nefrotóxicos (aminoglucósidos, ciclosporina, tacrólimus, contrastes yodados, etc).

• Medicamentos cuyo perfil farmacocinético puede ser afectado por la deshidratación: sales de litio, antiarrítmicos, digoxina, antiepilépticos, biguanidas y sulfamidas hipoglucemiantes, estatinas y fibratos.

• Medicamentos que pueden alterar la termorregulación central (neurolépticos, medicamentos serotoninérgicos) o periférica (medicamentos con propiedades anticolinérgicas, vasoconstrictores, medicamentos que limitan el aumento del gasto cardiaco).

- Inducir una hipertermia: neurolépticos, agonistas serotoninérgicos.

- Agravar indirectamente los efectos del calor por descenso de presión arterial (todos los antihipertensivos, antianginosos), o por alteración del estado de vigilia.


3. La adaptación de un tratamiento con medicamentos en curso debe considerarse de forma individualizada. En ningún caso está justificado considerar desde el principio, y sistemáticamente, una reducción o interrupción de los fármacos que pueden interactuar con la adaptación al calor del propio organismo.


4. Se recomienda a los profesionales sanitarios:

- Proceder a evaluar completamente el estado de hidratación (evaluación clínica, evaluación de la ingesta de líquidos, medición del peso, de la frecuencia cardiaca, de la presión arterial y del balance electrolítico completo con la creatininemia y la evaluación del aclaramiento de creatinina) antes de tomar cualquier decisión terapéutica;

- Controlar periódicamente el estado de hidratación y los factores de riesgo

- Revisar la lista de los medicamentos utilizados por el paciente, e identificar aquellos que pueden alterar la adaptación del organismo al calor (ver tabla).

- Revaluar la necesidad de cada uno de los medicamentos y suprimir cualquier medicamento que parezca ser inadecuado o no indispensable; en particular aquellos que pudiesen alterar la adaptación del organismo al calor.

- Evitar la prescripción de medicamentos antinflamatorios no esteroideos (aspirina, AINE clásicos, inhibidores de la COX-2), especialmente nefrotóxicos en caso de deshidratación.

- En caso de fiebre, evitar la prescripción de paracetamol debido a su ineficacia para tratar la insolación y por el posible empeoramiento de enfermedad hepática, a menudo presente.

- Cuando se prescriba un diurético, se debe verificar que la ingesta de líquidos y de sodio están adaptadas.

- Recomendar a los pacientes que no tomen ningún medicamento sin consejo médico, incluidos los medicamentos sin receta.


También desde el Ministerio recomiendan consultar el Plan de Prevención de Efectos de Altas TemperaturasEste enlace se abrirá en una ventana nueva.