15/03/2016
Fuente: Pharmacotherapy

Casi el 80% de los medicamentos con receta utilizados en el embarazo son antibióticos. Se estima que, aproximadamente, el 20-25% de las embarazadas serán tratadas con un antibiótico. Las infecciones más comunes en este periodo son infecciones del tracto urinario, incluyendo la pielonefritis; infecciones de transmisión sexual y las infecciones del tracto respiratorio superior.


El uso de cualquier medicamento durante el embarazo es una decisión que implica valorar el riesgo frente al beneficio. Las infecciones no tratadas del tracto urinario o de transmisión sexual se asocian con riesgo fetal, incluyendo aborto espontáneo, nacimiento prematuro y bajo peso al nacer.


Por lo general no hay información disponible sobre la eficacia y seguridad que provenga de ensayos controlados aleatorios, ya que estos estudios a menudo no son factibles en las mujeres embarazadas. Se estima que sólo el 10% de los medicamentos comercializados desde 1980 tiene información suficiente sobre los riesgos en el embarazo.


En la revisión sobre el uso de antibiótico en el embarazoEste enlace se abrirá en una ventana nueva publicada en la revista Pharmacotherapy, se repasa la seguridad de los diferentes grupos de antibióticos de acuerdo a la nueva clasificación de la FDAEste enlace se abrirá en una ventana nueva.


Los antibióticos como los betalactámicos, vancomicina, nitrofurantoína, metronidazol, clindamicina, fosfomicina, son generalmente considerados seguros y efectivos en el embarazo. Las fluoroquinolonas y tetraciclinas, en general, se deben evitar.


Los cambios fisiológicos en el embarazo producen un aumento de la tasa de filtración glomerular, del volumen corporal total y del gasto cardíaco. Estos cambios pueden dar lugar a alteraciones farmacocinéticas de los antibióticos que requieren un ajuste de la dosis o una monitorización.