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El 14 de agosto de 2024 (OMS), el Director General de la OMS, doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha determinado que el recrudecimiento de la viruela símica (mpox) en la República Democrática del Congo y en un número creciente de países de África constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) con arreglo al Reglamento Sanitario Internacional (2005) (RSI [2005]).

El Ministerio de Sanidad invita a potenciar la vacunación frente a la Viruela del Mono (MPOX) para prevenir la enfermedad, especialmente a las personas puedan tener mayor riesgo de contraerla. Sanidad sigue las recomendaciones del organismo internacional de no bajar la guardia y mantener el esfuerzo para el manejo a largo plazo de la enfermedad.

La viruela de los monos, también llamada viruela del simio o símica (Monkeypox en inglés, MPX) es una enfermedad zoonótica viral poco frecuente, autolimitada y generalmente leve.

La principal vía de transmisión es el contacto físico estrecho con las lesiones y costras en la piel y los fluidos corporales, como el que se produce durante las relaciones sexuales.

Otras vías de transmisión menos frecuentes:

  • Gotas respiratorias como las expulsadas al hablar, toser, estornudar... durante el contacto cara a cara directo y prolongado con una persona infectada.
  • Compartir material que haya estado en contacto con sangre o fluidos infectados.
  • A través del contacto con objetos contaminados como ropa de cama, toallas, prendas de vestir...

Este riesgo aumenta cuando hay varias personas involucradas en los contactos estrechos, con parejas sexuales y/o en entornos donde no se puede apreciar bien la existencia de lesiones, o donde la percepción del riesgo pueda estar alterada, por ejemplo, el uso de drogas.

El periodo de incubación oscila entre los 5 y 21 días.

Los casos graves son más frecuentes entre los niños, adultos jóvenes y personas inmunocomprometidas, y están relacionados con el grado de exposición al virus y la vulnerabilidad de la persona.

Los síntomas clásicos iniciales suelen ser: fiebre, cefalea, artralgias, linfadenopatías y astenia.

Posteriormente aparecen erupciones, manchas, úlceras o ampollas en cualquier parte del cuerpo, aunque suele aparecer en el área genital si la transmisión ha sido por relaciones sexuales.

El virus se puede transmitir a otra persona mientras duren las lesiones cutáneas.