Alejandro Vázquez Ramos, se refirió al ictus como "un reto fundamental" para Castilla y León
El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez Ramos, se refirió al ictus, este martes, 14 de marzo, como "un reto fundamental" para Castilla y León y "una enfermedad en la que hay que incidir para disminuir su morbilidad y su mortalidad".
Así lo puso de manifiesto en la inauguración de la jornada de presentación institucional ‘Código Ictus en Castilla y León: atención al ictus en fase hiperaguda’, que se celebra en el Hospital de León y también desde allí, vía streaming. El consejero estuvo acompañado por la gerente regional de Salud, María Jesús Violeta Martínez Pindado, y por el gerente del CAULE, Alfonso Rodríguez-Hevia González. El objetivo de la jornada es dar a conocer el procedimiento de actuación e intervención coordinado para la atención del paciente con Código Ictus (CI) en Castilla y León por los profesionales sanitarios intervinientes en ámbito extra e intrahospitalario.
Vázquez manifestó además que el ictus supone "la causa de mortalidad más importante en la mujer y la segunda en el hombre" con "una elevada prevalencia", de manera que "uno de cada cuatro ciudadanos está en potencial riesgo de sufrirlo a lo largo de su vida", mientras que "uno de cada tres sufrirá secuelas importantes", lo que lo convierte en "la causa más importante de discapacidad y otro tipo de enfermedades".
Según los datos aportados por el titular autonómico de Sanidad, uno de cada siete pacientes que sufren un ictus acaba falleciendo, lo que lo convierte también en "un problema muy importante desde el punto de vista del consumo de recursos sanitarios", debido a que "el 70 por ciento de los ingresos en las unidades de medicina interna en la Comunidad Autónoma están debidos al ictus", donde el gasto asociado "se estima en alrededor de 30.000 euros por paciente y año".
Todas estas circunstancias hacen que el ictus se trate de una enfermedad que, en un territorio disperso como es el de Castilla y León, "obliga a garantizar que todos los pacientes cuenten con el mejor tratamiento independientemente de dónde residan". Así, se trata de "un reto" que exige "la coordinación entre los servicios de Emergencia Sanitaria, Atención Primaria y urgencias hospitalarias, así como de medicina interna, neurología, cuidados intensivos para "dar la mejor atención y evitar secuelas de mortalidad y grave daño de dependencia".