Este lugar pretende ser punto de encuentro de tutores de FSE, aquí se incluirá información propia del ejercicio de tutoría desde legislación que debemos de conocer hasta cursos recomendados para mejorar nuestro itinerario curricular así mismo incluimos la Guía básica del tutor de FSE editada por SACYL.
La tarea de tutoría siempre es una labor compleja. El tutor debe ser el protagonista de la planificación, supervisión y evaluación del residente, siendo una labor de mucha responsabilidad dado que de su resultado depende la mejor formación de los médicos del futuro. No solo debe ocuparse de los aspectos más teóricos de la formación del residente y limitarse a rellenar documentación para llegar a la evaluación final, sino que también debe identificar aquellos problemas que pueden afectan a sus residentes e intentar ayudarlos para que su motivación no decaiga.
El tutor, sobre todo el tutor novel, no dispone de los conocimientos en cuanto a legislación y competencias de su cargo, no existiendo de manera general cursos de formación para tutores y requiriendo un tiempo extra que se añade a su jornada laboral para la organización de los residentes. Ese tiempo tiene que emplearse también en conocer a los residentes y establecer un adecuado feed-back para conocer las necesidades de los residentes y que estos estén satisfechos con su formación.
Debemos ser conscientes que, generalmente, el residente de primer de año establece su primer contacto con el mundo laboral en nuestras manos, siendo una situación compleja después de tantos años de estudio, por lo que hay que prestar especial atención a esa circunstancia. En cambio el residente de cuarto año no requerirá tanta atención ni supervisión, por eso es importante conocer los diferentes grados de supervisión según el año de residencia.
El tutor no solo debe supervisar la docencia ni ceñirse a que se cumpla el programa docente, debe impulsar proyectos de investigación, debe enseñar al residente a tomar iniciativas, debe recomendar los cursos más adecuados de la especialidad y proporcionar la bibliografía pertinente, debe impulsar su participación en congresos y presentación de trabajos a los mismos y debe motivar a participar en sesiones del servicio y del hospital.
Un buen tutor es el que está cuando el residente tiene problemas, tiene que ser cercano pero a la vez debe dejar al residente realizarse por si mismo, sin sobreprotegerlo, para que aprenda a tomar las decisiones que en un futuro determinarán su buen hacer.