Elena Moreno Sánchez , coordinadora de equipos médicos de Atención Primaria, nos habla de la necesidad de hacer un uso responsable de los antibióticos
22/11/22
Desde el Equipo del PROA de Atención Primaria (PROA-AP) de Segovia se quiere aprovechar la "Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antimicrobianos" para recordar a la población qué medidas puede tomar para contribuir a evitar la diseminación de las resistencias bacterianas:
Debe recordarse que usar los antibióticos incorrectamente representa un riesgo: el uso inadecuado en personas y animales puede hacer que las bacterias se vuelvan resistentes a futuros tratamientos.
Solo deben tomarse antibióticos cuando los recete un médico, siguiendo siempre sus recomendaciones sobre cuándo y cómo usarlos. Una vez completado el tratamiento, no debe guardarse el medicamento sobrante ni compartirse con otras personas.
No hay que olvidar que los antibióticos solo son eficaces para combatir infecciones bacterianas y no curan infecciones causadas por virus. Hasta el 80 % de las infecciones invernales que afectan a nariz, oídos, garganta y pulmones son de origen vírico (como es el caso de los resfriados o la gripe), por lo que tomar antibióticos no las curará, y tampoco alivian el dolor o la fiebre.
Hay también infecciones bacterianas leves (como rinosinusitis, dolor de garganta, bronquitis o dolor de oídos) en la que, a menudo, es innecesario tomar antibióticos, ya que en la mayoría de los casos nuestro sistema inmunitario es capaz de vencer tales infecciones.
El veterinario es quien decide el tratamiento de las mascotas, por lo que deben seguirse siempre sus consejos y no medicar a los animales con los antibióticos que haya en casa; la automedicación también es peligrosa para los animales.
Entre los factores que aceleran el proceso de resistencia a los antibióticos no sólo destaca el mal uso de estos fármacos, sino también las deficiencias en materia de prevención y control de infecciones, por lo que se pueden adoptar medidas para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación; la Organización Mundial de la Salud recomienda lavarse las manos con frecuencia, practicar una buena higiene de los alimentos, evitar el contacto directo con personas enfermas y cumplir puntualmente con el calendario de vacunas.