Consejos para mejorar la calidad de vida
Cada enfermedad o síndrome descritos tienen un tratamiento farmacológico específico dirigido, en la mayor parte de los casos, a paliar los síntomas y las características biológicas que originan el dolor que son comunes en el aparato musculoesquelético, y en otros casos, cuando es posible, están dirigidos a conseguir la curación total.
Por las características y la función de los órganos afectados en estas patologías hay muchos tratamientos no farmacológicos comunes a todas ellas. Estos otros tratamientos se dirigen a intentar corregir o eliminar factores de riesgo que son modificables por las personas afectadas y que contribuyen al deterioro de los órganos y a su función en el cuerpo. El tratamiento de estos pacientes debe tener en cuenta los factores psicosociales, modificando los comportamientos y las creencias que las personas tienen de su dolor y de su discapacidad.
Estos consejos y recomendaciones son:
- Evitar el sobrepeso ya que afecta sobre todo a las articulaciones que soportan mayor carga como las rodillas, las caderas o las vertebrales, especialmente las de la región lumbar.
- Evitar los movimientos repetitivos y la sobrecarga producida por una actividad laboral o deportiva sobre las articulaciones afectadas.
- Observar unas normas de higiene postural, sobre todo en el ambiente laboral, procurando en todo momento mantener la postura del cuerpo en equilibrio, sin tensiones ni en los músculos ni en las articulaciones. Para esto es importante conocer cu ál es la postura anatómica correcta y disponer de sillas, reposapi es o calzado adecuado. También evitar permanecer de pie mucho tiempo si hay afectación en los miembros inferiores.
- En algunos casos y bajo la indicación médica, seguir un tratamiento rehabilitador o lo que también se denomina terapia física: ultrasonidos, ejercicios de estiramiento, rayos infrarrojos, masajes o manipulación muscular.
- El apoyo psicológico con técnicas de relajación, educar en hábitos saludables y actitud activa, y evitar el estrés. Los trastornos emocionales, ansiedad y depresión suelen asociarse con este tipo de enfermedades y es importante tratarlos para mejorar el cuadro de dolor. - Mantener una actitud positiva es fundamental y eso va a permitir tomar las mejores decisiones y el control de la enfermedad.
- Mantener una dieta sana y equilibrada baja en grasas, sal y azúcar, con las recomendaciones adecuadas para cada caso evitando el consumo excesivo de alcohol y de tabaco. En algunos casos será necesario el aporte de vitamina D que se forma de manera natural en el contacto de la radiación solar con la piel. En estos casos donde la densidad del hueso es el problema se necesitará un aporte en la dieta de alimentos ricos en calcio como leche y derivados, pescado y frutos secos.
- Para evitar las fracturas es importante mantener una visión adecuada, calzado adecuado, luminosidad correcta en los domicilios y espacios libres de obstáculos. Todos estos tratamientos, en conjunto, logran reducir el malestar y el dolor muscular, aumentan la movilidad de las distintas articulaciones afectadas y permiten que el paciente pueda mejorar su calidad de vida y reintegrarse a la actividad habitual.