Introducción
El cáncer de próstata se encuentra en el grupo de tumores malignos más frecuentes en los hombres, junto al colorrectal y al de pulmón. La probabilidad de desarrollar un cáncer de próstata está muy relacionada con la edad: esta enfermedad se manifiesta casi siempre a partir de los 65 años, siendo muy rara su aparición antes de los 50 años. Sus causas son desconocidas, y parece existir cierta predisposición familiar.
Estudios realizados en personas fallecidas indican que muchos hombres han vivido con un cáncer de próstata sin diagnosticar. A medida que avanza la edad, la presencia de cáncer limitado a la próstata, en personas mayores de 80 años, podría superar el 70% de los casos, sin manifestaciones clínicas conocidas. Se dice que si los hombres vivieran más años, todos desarrollarían cáncer de próstata, pero no hay que olvidar que el pronóstico del cáncer de próstata es, en general, muy bueno, debido a que su progresión suele ser lenta, hay hombres que pueden vivir mucho tiempo con un cáncer de próstata sin que éste dé síntomas ni produzca lesiones en otros órganos.
Cuando el cáncer de próstata se diagnostica en las primeras fases de la enfermedad es posible su curación completa, de ahí que se dé mucha importancia a que ante cualquier manifestación sospechosa, sobre todo por encima de los 50 años, se acuda al médico para que realice un diagnóstico de certeza e inicie el tratamiento lo antes posible. El tratamiento va dirigido a extirpar la próstata, aplicar una terapia hormonal e impedir el crecimiento de las células cancerosas que hubieran podido quedar. Este tratamiento pueda asociarse a efectos secundarios que pueden afectar a la función sexual y a la función urinaria.
La próstata es una glándula que pertenece al sistema reproductor masculino, está localizada justo debajo de la vejiga (el órgano que recoge y desecha la orina) y delante del recto (la parte inferior del intestino). Su tamaño es como el de una nuez y rodea una parte de la uretra (el tubo que conduce la orina al exterior desde la vejiga). La glándula prostática produce un fluido que forma parte del semen.
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Las primeras manifestaciones de crecimiento anómalo de la próstata, cuando se produce una hiperplasia benigna (HBP), se relacionan con la obstrucción parcial, por compresión, de la uretra y, como consecuencia, dificultad para orinar. Sin embargo, cuando se genera un cáncer de próstata, la detección de los síntomas es más difícil, porque son menos evidentes y, en un porcentaje próximo al 10% de los casos las primeras manifestaciones pueden deberse a la existencia de metástasis.