¿Qué son y para qué sirven los riñones?
Los riñones son dos órganos en forma de habichuela situados en la zona lumbar, protegidos parcialmente por las últimas costillas.Tienen un tamaño de 10-12 cm de longitud cuando están sanos y están encargados de llevar a cabo varias funciones fundamentales en el organismo, entre ellas limpiar parte de los desechos que se generan durante el funcionamiento de los distintos órganos del cuerpo a través de la orina.
Además, los riñones participan en otras funciones clave como son: mantener un equilibrio de agua, sales y minerales (sodio, calcio, fósforo y potasio, entre otros) en la sangre, controlar el pH sanguíneo (acidez de la sangre) y la presión arterial, regular la producción de glóbulos rojos del organismo y el control de metabolismo óseo para mantener unos huesos saludables.
Los riñones filtran toda la sangre del organismo unas 4-5 veces al día (en total unos 200 litros), lo que supone unos 130 ml/min. Las unidades funcionales del riñón se llaman nefronas. Existe 1 millón de nefronas en cada riñón. Cada nefrona está formada por 1 glomérulo, el gran filtro renal, que decide qué sustancias se filtran junto con una cantidad determinada de agua, y forman la orina, y qué otras se mantienen en el flujo sanguíneo. Tras pasar por este filtro, la orina ya formada circula por microtúbulos, que están sujetos por el departamento tubulointersticial, y se hacen cada vez de mayor tamaño hasta desembocar en los uréteres y estos en la vejiga. La vejiga almacena la orina que luego saldrá al exterior a través de la uretra.
Mediante el control del filtrado, el agua, sales, como el sodio, potasio y cloro, y la síntesis o activación de una proteína llamada renina, los riñones controlan la presión arterial y procuran que tengamos la tensión adecuada para que el oxígeno llegue con la sangre a todos los tejidos. Por eso las personas que enferman del riñón, tienen hipertensión arterial en su mayoría.
Para mantener la producción de glóbulos rojos, el riñón fabrica eritropoyetina, una sustancia que actúa en la médula ósea que es la que fabrica los glóbulos rojos. En casos de insuficiencia renal avanzada, administramos eritropoyetina como medicamento, ya que los riñones son incapaces de producirla y se provocaría anemia.
Los riñones también activan la vitamina D y, mediante esta activación y también controlando el calcio y el fósforo, ayudan a mantener los huesos saludables. Si el riñón enferma, puede producirse lo que antes llamábamos osteodistrofia renal, una enfermedad parecida a la osteoporosis.
Además, y por todo esto, el riñón sano controla el sistema cardiovascular. Un riñón enfermo supone, con el tiempo, un sistema cardiovascular enfermo, un envejecimiento vascular precoz. Es por ello muy importante, mantener sanos tus riñones.