Día Mundial de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino
Detalle
Fecha de publicación
Día Mundial de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino
Datos y cifras
- El cáncer de cuello uterino es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres de todo el mundo, con una incidencia estimada de 604 000 nuevos casos y 342 000 muertes en 2020.
- Las tasas más elevadas de incidencia y mortalidad por cáncer de cuello uterino se dan en los países de ingreso bajo y mediano. Esto refleja grandes desigualdades que obedecen a la falta de acceso a los servicios nacionales de vacunación contra el VPH y de cribado y tratamiento del cáncer de cuello uterino, así como a determinantes sociales y económicos.
- El cáncer de cuello uterino tiene su origen en una infección persistente por el virus del papiloma humano (VPH). Las mujeres con VIH tienen seis veces más probabilidades de padecer cáncer de cuello uterino que las mujeres sin VIH.
- La vacunación profiláctica contra el VPH y el cribado y tratamiento de las lesiones precancerosas resultan muy eficaces para prevenir el cáncer de cuello uterino y tienen una muy buena relación entre costo y eficacia.
- El cáncer de cuello uterino puede curarse si se diagnostica en un estadio temprano y se trata con prontitud.
- Países de todo el mundo están trabajando para acelerar la eliminación del cáncer de cuello uterino en las próximas décadas, con un conjunto acordado de tres metas que deben cumplirse para 2030.
Causas
El virus del papiloma humano (VPH) es una infección común de transmisión sexual que puede afectar a la piel, la zona genital y la garganta. Casi todas las personas sexualmente activas la contraerán en algún momento de su vida, por lo general sin mostrar síntomas. En la mayoría de los casos, el sistema inmunitario elimina el VPH del organismo. La infección persistente por el VPH de alto riesgo puede provocar la aparición de células anormales, que se acaban convirtiendo en un cáncer.
El 95% de los cánceres de cuello uterino se deben a una infección persistente por VPH en el cuello del útero (la parte inferior del útero o matriz, que se abre en la vagina, también llamada canal del parto) sin tratar. Normalmente, las células anormales tardan entre 15 y 20 años en convertirse en cáncer, pero en las mujeres con un sistema inmunitario debilitado, como en el caso del VIH no tratado, este proceso puede ser más rápido y desarrollarse entre 5 y 10 años. Entre los factores de riesgo de la progresión del cáncer se encuentran el grado de oncogenicidad del tipo de VPH, el estado inmunitario, la presencia de otras infecciones de transmisión sexual, el número de partos, un primer embarazo a una edad temprana, el uso de anticonceptivos hormonales y el tabaquismo.
Prevención
La sensibilización de la población y el acceso a información y servicios de salud son fundamentales para la prevención y el control a lo largo de la vida.
- Vacunarse entre los 9 y los 14 años es una forma muy eficaz de prevenir infecciones por VPH, el cáncer cervicouterino y otros cánceres relacionados con el VPH.
- El cribado a partir de los 30 años (25 años en las mujeres con VIH) permite detectar lesiones cervicouterinas que, cuando se tratan, también previenen el cáncer de cuello uterino.
- Cuando se presentan síntomas o preocupaciones a cualquier edad, la detección precoz seguida de un tratamiento rápido y de calidad puede curar el cáncer de cuello uterino.
Vacunación contra el VPH y otras medidas de prevención.
A fecha de 2023, hay seis vacunas contra el VPH disponibles en todo el mundo. Todas ellas protegen contra los tipos 16 y 18 del VPH de alto riesgo, responsables de la mayoría de los cánceres de cuello uterino, y han demostrado ser seguras y eficaces para prevenir la infección por VPH y el cáncer de cuello uterino.
La vacuna contra el VPH debe administrarse prioritariamente a todas las niñas de 9 a 14 años antes de que comiencen a tener relaciones sexuales. La vacuna puede administrarse en una o dos dosis. Las personas con un sistema inmunitario debilitado deben recibir idealmente dos o tres dosis. Algunos países también han optado por vacunar a los varones para reducir en mayor medida la prevalencia del VPH en la comunidad y prevenir los cánceres masculinos causados por el VPH.
Otras formas importantes de prevenir la infección por VPH son:
- no fumar o dejar de fumar;
- utilizar preservativos; y
- la circuncisión masculina voluntaria.
Cribado del cáncer de cuello uterino y tratamiento de las lesiones precancerosas.
Las mujeres deben someterse a pruebas de detección de cáncer de cuello uterino entre cada 5 y 10 años a partir de los 30 años de edad. Las mujeres con VIH deben someterse a cribado cada 3 años a partir de los 25 años de edad.
Las lesiones precancerosas rara vez provocan síntomas, por lo que es importante someterse a un cribado periódico del cáncer de cuello uterino, incluso si se ha recibido la vacuna contra el VPH.
La obtención propia de muestras para la prueba del VPH, que puede ser la opción preferida por las mujeres, ha demostrado ser tan fiable como las muestras extraídas por los proveedores de atención de salud.
Tras un resultado positivo en una prueba del VPH (u otro método de detección), el proveedor de atención de la salud puede examinar el cuello del útero en busca de cambios (como lesiones precancerosas) que, de no tratarse, podrían derivar en un cáncer de cuello uterino. El tratamiento de las lesiones precancerosas es un procedimiento sencillo y previene el cáncer de cuello uterino. El tratamiento puede ofrecerse en la misma visita (enfoque de «ver y tratar») o tras una segunda prueba (enfoque de «ver, triaje y tratar»), que se recomienda especialmente a las mujeres con VIH.
El tratamiento de las lesiones precancerosas es rápido y generalmente indoloro, y no suele causar complicaciones. Los pasos del tratamiento consisten en una colposcopia o inspección visual del cuello del útero para localizar y evaluar la lesión, seguida de:
- ablación térmica, que consiste en utilizar una sonda caliente para quemar las células;
- crioterapia, que consiste en utilizar una sonda fría para congelar las células;
- escisión con asa grande de la zona de transformación (LEETZ), que consiste en extirpar los tejidos anormales con un asa calentada eléctricamente; y/o
- biopsia en cono, que consiste en extirpar con un bisturí una porción de tejido en forma de cono.
Detección precoz, diagnóstico y tratamiento del cáncer de cuello uterino.
El cáncer de cuello uterino puede curarse si se diagnostica y trata en una fase incipiente de la enfermedad. Un paso fundamental es reconocer los síntomas y acudir al médico para tratar cualquier duda. Las mujeres deben acudir a un profesional de la salud si notan:
- sangrado inusual entre periodos, después de la menopausia o después de mantener relaciones sexuales;
- flujo vaginal abundante o maloliente;
- síntomas como dolor persistente en la espalda, las piernas o la pelvis;
- pérdida de peso, cansancio, pérdida de apetito;
- molestias vaginales;
- hinchazón de las piernas.
Las evaluaciones clínicas y las pruebas para confirmar el diagnóstico son importantes y, por lo general, van seguidas de la derivación a los servicios de tratamiento, como cirugía, radioterapia y quimioterapia, así como cuidados paliativos para prestar tratamiento de apoyo y tratamiento del dolor.
Las opciones para el manejo de la atención oncológica invasiva son un instrumento importante para garantizar la rápida derivación de una paciente y que esta recibe apoyo mientras avanza en su diagnóstico y en las decisiones acerca del tratamiento.
EN CASTILLA Y LEÓN: Programa de prevención y detección precoz de cáncer de cuello de útero en Castilla y León | Ciudadanos (saludcastillayleon.es)
Para saber más:
Cáncer de cuello uterino (who.int)
Infección por Virus del Papiloma Humano | Ciudadanos (saludcastillayleon.es)
Lo que necesitas saber sobre el virus del papiloma humano (VPH) | Ciudadanos (saludcastillayleon.es)
Vacunación frente al Virus del Papiloma Humano (VPH) | Ciudadanos (saludcastillayleon.es)