La investigadora Ángeles Almeida, del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca, demuestra en un trabajo que se publica en Molecular Cell Life Science la importancia de la apoptosis neuronal en la etiopatología de las principales enfermedades neurodegenerativas, como las enfermedades de Parkinson y de Alzheimer, y del ictus, así como el posible valor de estos polimorfismos en el pronóstico de tales neuropatologías.
Estas conclusiones pueden ayudar a mejorar considerablemente el valor predictivo de las enfermedades neurodegenerativas y accidentes cardiovasculares. "La mejora se centra, fundamentalmente, en el riesgo de sufrir esa enfermedad y en su pronóstico, más que en el diagnóstico. Concretamente, en el caso de las enfermedades cerebrovasculares, en las que se centra fundamentalmente el trabajo de mi grupo, se ha visto que pacientes de ictus con unos parámetros clínicos y de imagen similares, tienen un pronóstico funcional muy diferente. Esto se debe a las variaciones genéticas entre los pacientes, que condicionan su estado funcional.
Por tanto, los polimorfismos funcionales, es decir, aquéllos que afectan a la función de las proteínas, y en concreto de proteínas apoptósicas, deben afectar al pronóstico de esta patología", ha descrito para Diario Médico la investigadora salmantina, y ha añadido que, "de manera similar, el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas también está condicionado por las variaciones genéticas de la población. Por todo ello, los polimorfismos representan un campo fascinante en el desarrollo de biomarcadores genéticos del pronóstico y riesgo de las enfermedades neurológicas"
Los polimorfismos ayudarán a identificar a los pacientes más susceptibles y a realizar tratamientos más personalizados.
Este trabajo, titulado Genetic determinants of neuronal vulnerability to apoptosis, resume por primera vez todos los polimorfismos de las proteínas que regulan la apoptosis neuronal y se discute su posible implicación en el pronóstico funcional de los pacientes neurológicos desde el punto de vista del grupo de investigación salmantino.
Fuente: DiarioMédico.com/AtenciónPrimariaSalud.es