Tosferina
La enfermedad
La tosferina es una enfermedad respiratoria muy contagiosa causada por un tipo de bacteria llamada Bordetella pertussis. Se cree que el único reservorio de B. pertussis es el hombre
El mecanismo de transmisión es por contacto directo con secreciones respiratorias o a través de gotitas de saliva.
El periodo de incubación es de 9-10 días (con un intervalo máximo entre 6-20 días). La tos ferina es muy contagiosa, especialmente en la fase catarral temprana y se estima que la tasa de ataque es de hasta el 90% en contactos no inmunes en el hogar.
Una persona con tos ferina es contagiosa desde el comienzo de la fase catarral hasta las dos primeras semanas después del inicio de la tos paroxística (aproximadamente 21 días) o hasta 5 días después de empezar con un tratamiento antibiótico eficaz.
La susceptibilidad frente a B. pertussis es universal. Ni la infección natural por B. pertussis ni la vacunación confieren inmunidad duradera por lo que las reinfecciones son frecuentes.
La sintomatología
Los síntomas de la tosferina pueden dividirse en tres fases:
- Durante la primera fase, aparecen síntomas parecidos a los del resfriado: fiebre leve, estornudos, secreción nasal, tos seca, pérdida de apetito e irritabilidad.
- Durante la segunda fase (aproximadamente de 1 a 2 semanas después), la tos se vuelve más intensa. Puede haber accesos de tos breves e intensos seguidos de una larga bocanada de aire produciendo un ruido característico (estridor).
- Durante la tercera fase, la tos es ya menos intensa y menos frecuente y el apetito empieza a aumentar. Finalmente, la tos cesa pero puede persistir hasta 6 semanas más.
La presentación clínica de la tos ferina varía con la edad, la existencia de patología de base (pacientes vulnerables, inmunodeprimidos, edad avanzada…) y los antecedentes de vacunación. En los lactantes menores de 6 meses el cuadro típico de estridor puede no desarrollarse y los espasmos pueden seguirse de períodos de apnea (pausa prolongada en la respiración). En los adolescentes y los adultos la enfermedad puede ser leve y no identificarse con tos ferina. La enfermedad grave es rara en personas sanas y bien vacunadas.
Los niños menores de 6 meses, particularmente los que no han completado la serie primaria de vacunación, están en riesgo de complicaciones, hospitalización y muerte.
¿Cómo se trata la tosferina?
El médico valorará la administración de antibióticos, pero hay que tener en cuenta que la tos suele persistir unas semanas a pesar del tratamiento.
Es necesario identificar a los contactos del caso. La profilaxis con antibióticos sólo se debería recomendar para el control de la transmisión de la enfermedad en el ámbito familiar y entre contactos estrechos y cuando, además, se cumplan una serie de condiciones.
La vacunación
La medida más eficaz para la prevención de tos ferina es la vacunación, que se ha demostrado efectiva para prevenir la tos ferina grave en los niños más pequeños.
Existen dos tipos de vacunas frente a la tosferina: las de células enteras, a partir de bacterias inactivadas, y las acelulares, que contienen antígenos purificados. Estas últimas se introdujeron en los países industrializados a finales del siglo XX como una forma de reducir la reactogenicidad de las vacunas celulares. La duración de la protección es variable y se pierde con el paso del tiempo.
La efectividad de las vacunas acelulares frente a tosferina ha sido evaluada en diferentes estudios y se estima entre el 80-85%.
Hay que tener en cuenta, que la protección después de la infección natural por B. pertussis se mantiene entre 3,5 y 15 años. Se estima que la protección tras una serie de tres dosis de vacuna de tos ferina acelular dura entre 5,5 y 7 años y que cae gradualmente con el paso del tiempo. La epidemiología reciente de la tos ferina con acumulación de casos leves en adolescentes entre 10 y 14 años sugiere que la protección de la dosis de recuerdo (a los 6 años) para evitar la infección por tosferina se debilita con el paso del tiempo, pero que se mantiene la inmunidad frente a la enfermedad grave.
Hasta 2016, según el calendario de vacunación infantil, se administraban 5 dosis de la vacuna frente a la tosferina, a los 2, 4, 6 y 18 meses y, posteriormente, a los 6 años. Las personas nacidas a partir del 1 de enero de 2017 reciben 4 dosis, a los 2, 4, 11 meses y a los 6 años.
Hay que asegurarse de que todas las personas están al día de sus vacunas, sobre todo los lactantes, siendo especialmente relevante que se le vacune a la edad en la que está recomendada la vacunación. Hay evidencia de que un retraso en la administración de las dosis en primovacunación tiene repercusiones importantes en la incidencia de la enfermedad, por lo que es decisivo que las vacunas se administren el mismo día que el lactante cumple la edad recomendada: 2, 4 y 11 meses de edad, según el Calendario de vacunaciones e inmunizaciones para toda la vida actualemnte vigente.
La tosferina puede ser muy grave en los bebés que aún no han iniciado el calendario de vacunación infantil. Por este motivo, la vacunación de la madre durante la gestación tiene el objetivo de proteger a los recién nacidos mediante el paso de anticuerpos a través de la placenta, hasta que reciban las primeras dosis del calendario de vacunación a partir de los 2 meses de edad.
El Programa de vacunación prenatal frente a la tosferina en Castilla y León, que se inició en diciembre de 2015, va dirigido a todas las embarazadas residentes en Castilla y León. Se recomienda la administración de una dosis de vacuna dTpa (difteria-tétanos-tosferina acelular) en cada embarazo, a partir de la semana 27 de gestación pero preferentemente en la semana 27 o 28.
Los antibióticos como medida preventiva (quimioprofilaxis)
Los antibióticos son medicamentos que se administran a alguien que ha estado expuesto a una persona enferma para ayudar a prevenir el desarrollo de la enfermedad.
Para las personas expuestas a la tosferina, se recomiendan antibióticos preventivos solo en los siguientes casos:
- Si viven con la persona diagnosticada de tosferina.
- Si son personas que tienen riesgo elevado de sufrir complicaciones por tos ferina o personas que pueden trasmitir la infección a otras que están en riesgo de sufrir tos ferina grave:
- Niños menores de 1 año.
- Mujeres en las tres últimas semanas de gestación (para evitar la transmisión al recién nacido).
- Convivientes en el hogar, sobre todo si en el hogar hay niños menores de 1 año o mujeres en las tres últimas semanas de gestación.
- Niños no vacunados o mal vacunados.
- Personal sanitario y personal que trabaja en guarderías y en escuelas infantiles.
- Personas con inmunodepresión.
- Personas con enfermedades crónicas como asma, fibrosis quística o cardiopatía congénita.
En los contactos se recogerá información precisa sobre antecedentes de haber pasado la enfermedad y sobre el estado de vacunación revisando, a ser posible, el registro de vacunaciones y/o el documento de vacunación, poniendo al día el calendario vacunal en caso de tener alguna dosis pendiente.
MODO DE VIGILANCIA
En Castilla y León, la tos ferina es una enfermedad de declaración obligatoria que se debe notificar de forma urgente dentro de las primeras 24 horas desde el diagnóstico de sospecha a la Red de Vigilancia Epidemiológica de Castilla y León